Maes, a veces uno cree que ya lo ha visto todo en la política tica, pero siempre hay un nuevo capítulo que supera al anterior. Y el que se está escribiendo en el partido Pueblo Soberano (PPSO) tiene todos los ingredientes de una buena serie: intriga, traición y hasta apodos de animales salvajes. La vara es que el fin de semana pasado, en una Asamblea Nacional más cerrada que caja fuerte, a la candidata presidencial Laura Fernández se le salieron los estribos y, según testigos, le montó un show monumental a un delegado por el simple hecho de... bueno, por ganar una votación democráticamente. ¡Qué despiche se armó!
Para ponerlos en contexto, la jugada era así: el PPSO tenía su asamblea para elegir candidatos a diputados. Todo iba según el guion de la cúpula, con listas cerradas y los delegados básicamente levantando la mano para ratificar nombres que ya venían cocinados. El plan era que un influencer conocido como "Doctor Diego" se quedara con el quinto puesto por Alajuela. Pero diay, en medio del brete, un mae llamado Wilson Jiménez, que estaba de noveno en la lista, decidió que él también quería jugar y se postuló para ese mismo quinto lugar. Y ¡pum! Le ganó la votación al candidato oficialista 44 a 39. Uno pensaría que eso es democracia, ¿verdad? Pues para doña Laura, fue una ofensa personal.
Aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Según el relato de Carlos Vázquez, delegado por Buenos Aires, una vez que se anunció el resultado, Laura Fernández se levantó hecha una furia y le dedicó un discurso a Jiménez que dejó a todos con la boca abierta. La frase de oro, la que va a quedar para los memes, fue cuando lo llamó "jaguar desleal" por "salirse de la línea". Imagínense la escena, maes. La candidata, frente a toda la asamblea, regañando a un miembro del partido por atreverse a participar y ganar. Vázquez lo describió como "súper insolente" y "muy fea la forma en que habló esa señora". Y para que no quede en puro chisme, la vara quedó consignada en el acta oficial del partido, donde se anota que Fernández habló de "deslealtad" y llamó al orden a la asamblea por haber votado por él. O sea, un regaño por escrito y con sello.
Pero como todo buen despiche político, la cosa no termina ahí. Este zafarrancho solo destapó una olla de presión que ya estaba hirviendo. El mismo Vázquez ya le había metido un recurso de amparo al partido ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) por el cobro de 2,2 millones de colones por candidatura, un platal que a todas luces parecía un filtro para poner solo a los compas. Y ahora, con esta nueva torta, el TSE le dio la razón a otras dos excandidatas a las que, convenientemente, les habían dicho que ya no participaban. ¿El resultado? Las candidaturas de peces gordos como Marta Esquivel y el mismísimo abogado de Chaves, José Miguel Villalobos, están suspendidas. El plan maestro de la cúpula del PPSO se fue completamente al traste.
Al final, lo que empezó como una asamblea a puerta cerrada terminó siendo un espectáculo público que deja muy mal parado al partido. La imagen de un movimiento "soberano" se cae a pedazos cuando su propia candidata presidencial castiga la democracia interna y trata de imponer un "dedazo" a gritos. La pregunta que queda en el aire es si este tipo de actitudes son un caso aislado o si reflejan el verdadero ADN de estos nuevos partidos que prometen ser diferentes. Maes, y ahora en serio, ¿qué opinan de esta vara? ¿Es normal este nivel de autoritarismo en los partidos nuevos o el PPSO se está pasando de la raya? ¿Le va a pasar factura este desorden a Laura Fernández en las urnas? ¡Los leo!
Para ponerlos en contexto, la jugada era así: el PPSO tenía su asamblea para elegir candidatos a diputados. Todo iba según el guion de la cúpula, con listas cerradas y los delegados básicamente levantando la mano para ratificar nombres que ya venían cocinados. El plan era que un influencer conocido como "Doctor Diego" se quedara con el quinto puesto por Alajuela. Pero diay, en medio del brete, un mae llamado Wilson Jiménez, que estaba de noveno en la lista, decidió que él también quería jugar y se postuló para ese mismo quinto lugar. Y ¡pum! Le ganó la votación al candidato oficialista 44 a 39. Uno pensaría que eso es democracia, ¿verdad? Pues para doña Laura, fue una ofensa personal.
Aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Según el relato de Carlos Vázquez, delegado por Buenos Aires, una vez que se anunció el resultado, Laura Fernández se levantó hecha una furia y le dedicó un discurso a Jiménez que dejó a todos con la boca abierta. La frase de oro, la que va a quedar para los memes, fue cuando lo llamó "jaguar desleal" por "salirse de la línea". Imagínense la escena, maes. La candidata, frente a toda la asamblea, regañando a un miembro del partido por atreverse a participar y ganar. Vázquez lo describió como "súper insolente" y "muy fea la forma en que habló esa señora". Y para que no quede en puro chisme, la vara quedó consignada en el acta oficial del partido, donde se anota que Fernández habló de "deslealtad" y llamó al orden a la asamblea por haber votado por él. O sea, un regaño por escrito y con sello.
Pero como todo buen despiche político, la cosa no termina ahí. Este zafarrancho solo destapó una olla de presión que ya estaba hirviendo. El mismo Vázquez ya le había metido un recurso de amparo al partido ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) por el cobro de 2,2 millones de colones por candidatura, un platal que a todas luces parecía un filtro para poner solo a los compas. Y ahora, con esta nueva torta, el TSE le dio la razón a otras dos excandidatas a las que, convenientemente, les habían dicho que ya no participaban. ¿El resultado? Las candidaturas de peces gordos como Marta Esquivel y el mismísimo abogado de Chaves, José Miguel Villalobos, están suspendidas. El plan maestro de la cúpula del PPSO se fue completamente al traste.
Al final, lo que empezó como una asamblea a puerta cerrada terminó siendo un espectáculo público que deja muy mal parado al partido. La imagen de un movimiento "soberano" se cae a pedazos cuando su propia candidata presidencial castiga la democracia interna y trata de imponer un "dedazo" a gritos. La pregunta que queda en el aire es si este tipo de actitudes son un caso aislado o si reflejan el verdadero ADN de estos nuevos partidos que prometen ser diferentes. Maes, y ahora en serio, ¿qué opinan de esta vara? ¿Es normal este nivel de autoritarismo en los partidos nuevos o el PPSO se está pasando de la raya? ¿Le va a pasar factura este desorden a Laura Fernández en las urnas? ¡Los leo!
