V
VenenosA
Invitado
continuación del orgasmo
La respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, o con la fantasía. Hay mujeres que tienen orgasmo por estimulación de los pezones, otras, por caricias en el Monte de Venus, o por estimulación en la zona anal. Están aquellas que constituyen el grueso de la población femenina (un 50% aproximadamente) que además de la penetración necesitan ser estimuladas en la zona del clítoris y de los labios menores. Sólo un 35% llega exclusivamente por penetración, con la salvedad de que siempre la estimulación directa o indirecta del clítoris participa de esta respuesta.
§ No experimentan el orgasmo de ninguna manera un 10% aproximadamente
§ No lo experimentan con un compañero determinado un 10 % aproximadamente
§ Lo experimentan mediante el coito además de “estimulación clitoridiana” aproximadamente un 50%
§ Llegan al orgasmo mediante el coito por penetración, sin “estimulación clitoridiana” adicional casi un 30%
Dicho de otra forma: en todo orgasmo femenino intervienen, en cuanto a la recepción de los estímulos, tanto la vagina como la zona clitoridiana, y en la faz de la respuesta motora siempre se dan contracciones vaginales, amén de las reacciones corporales extragenitales y las emocionales. Por lo tanto, los criterios emanados del psicoanálisis (aclarando que muchos psicoanalista abandonaron esta postura) sobre la supuesta madurez del orgasmo logrado por la penetración, ya no se pueden sostener. Se considera normal tener orgasmos, con independencia de la vía de estimulación y excitación a la que esa mujer y su pareja recurran.
¿Cuáles son las causas de la falta de orgasmo en la mujer?
Las causas de las disfunciones sexuales femeninas son de origen variado y múltiples factores pueden coexistir para producirlas. Aunque a veces se piense lo contrario, las causas físicas no suelen ser las más frecuentes. Claro que enfermedades neurológicas o metabólicas graves (problemas hormonales, hipotiroidismo, diabetes avanzadas), los tumores, las operaciones vividas como castratorias o mutilantes, pueden afectar la respuesta orgásmica, al igual que ciertos fármacos (narcóticos, antidepresivos y antipsicóticos, sedantes), pero lo más frecuente es ver la incidencia de factores situacionales como, por ejemplo, la estimulación inadecuada por parte del varón: las mujeres no siempre se excitan con el mismo estímulo, ni en el mismo lugar ni con la misma posición. Y, lo que es más digno de rescatar, no siempre se excitan y estimulan como el varón cree que ellas lo logran. Es el famoso yo creía que a ella le gustaba... Muchas veces una pareja en la cual la mujer no termina está encubriendo una relación deficiente y pobre.
Es cierto que la mayor parte de los antidepresivos (no todos) producen un retardo orgásmico (a veces disminuyendo el deseo sexual y la lubricación vaginal) pero esto tiene solución – lo que explicamos en otro artículo - y no por ello los pacientes de ambos sexos tienen que abandonar su tratamiento psicofarmacológico.
¿La mala comunicación puede ser una de las causas?
Por cierto que sí, una de las causas puede ser la escasa comunicación, ya que muchas personas creen que todo se tiene que dar espontáneamente y que nada hay que hablar sobre lo que a cada uno le pasa: esto puede ser lesivo para la sexualidad. Si alguien se entiende a la perfección sin hablar bienvenido sea, pero si no, ¿van a tener que quedar en silencio, penando por ello?
Es indudable que también tienen mucho que ver las actitudes machistas y un marco de represión familiar y educativa, en el que nunca se explica a los jóvenes ni a los adultos cómo es la respuesta sexual fisiológica.
También hay que destacar la incapacidad de ciertas mujeres de abandonarse a las sensaciones placenteras y estar pendientes de si van a terminar o no, de allí que muchas finjan el orgasmo, lo que les crea una situación muy tensionante y poco grata.
¿No es mejor fingir el orgasmo, antes que quedar mal frente a los varones?
Fingir los orgasmos condena a una mujer a seguir haciéndolo y a no poder gozar, ya que está más pendiente de la escena que tienen que dramatizar que de su propia entrega al placer orgásmico. Para ella es más importante que él se sienta varón por producirle el orgasmo que su propio goce. Podríamos decir que para poder empezar a tener la posibilidad de orgasmar - si cabe el neologismo- : hay que dejar atrás la actuación y los fingimientos.
La respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, o con la fantasía. Hay mujeres que tienen orgasmo por estimulación de los pezones, otras, por caricias en el Monte de Venus, o por estimulación en la zona anal. Están aquellas que constituyen el grueso de la población femenina (un 50% aproximadamente) que además de la penetración necesitan ser estimuladas en la zona del clítoris y de los labios menores. Sólo un 35% llega exclusivamente por penetración, con la salvedad de que siempre la estimulación directa o indirecta del clítoris participa de esta respuesta.
§ No experimentan el orgasmo de ninguna manera un 10% aproximadamente
§ No lo experimentan con un compañero determinado un 10 % aproximadamente
§ Lo experimentan mediante el coito además de “estimulación clitoridiana” aproximadamente un 50%
§ Llegan al orgasmo mediante el coito por penetración, sin “estimulación clitoridiana” adicional casi un 30%
Dicho de otra forma: en todo orgasmo femenino intervienen, en cuanto a la recepción de los estímulos, tanto la vagina como la zona clitoridiana, y en la faz de la respuesta motora siempre se dan contracciones vaginales, amén de las reacciones corporales extragenitales y las emocionales. Por lo tanto, los criterios emanados del psicoanálisis (aclarando que muchos psicoanalista abandonaron esta postura) sobre la supuesta madurez del orgasmo logrado por la penetración, ya no se pueden sostener. Se considera normal tener orgasmos, con independencia de la vía de estimulación y excitación a la que esa mujer y su pareja recurran.
¿Cuáles son las causas de la falta de orgasmo en la mujer?
Las causas de las disfunciones sexuales femeninas son de origen variado y múltiples factores pueden coexistir para producirlas. Aunque a veces se piense lo contrario, las causas físicas no suelen ser las más frecuentes. Claro que enfermedades neurológicas o metabólicas graves (problemas hormonales, hipotiroidismo, diabetes avanzadas), los tumores, las operaciones vividas como castratorias o mutilantes, pueden afectar la respuesta orgásmica, al igual que ciertos fármacos (narcóticos, antidepresivos y antipsicóticos, sedantes), pero lo más frecuente es ver la incidencia de factores situacionales como, por ejemplo, la estimulación inadecuada por parte del varón: las mujeres no siempre se excitan con el mismo estímulo, ni en el mismo lugar ni con la misma posición. Y, lo que es más digno de rescatar, no siempre se excitan y estimulan como el varón cree que ellas lo logran. Es el famoso yo creía que a ella le gustaba... Muchas veces una pareja en la cual la mujer no termina está encubriendo una relación deficiente y pobre.
Es cierto que la mayor parte de los antidepresivos (no todos) producen un retardo orgásmico (a veces disminuyendo el deseo sexual y la lubricación vaginal) pero esto tiene solución – lo que explicamos en otro artículo - y no por ello los pacientes de ambos sexos tienen que abandonar su tratamiento psicofarmacológico.
¿La mala comunicación puede ser una de las causas?
Por cierto que sí, una de las causas puede ser la escasa comunicación, ya que muchas personas creen que todo se tiene que dar espontáneamente y que nada hay que hablar sobre lo que a cada uno le pasa: esto puede ser lesivo para la sexualidad. Si alguien se entiende a la perfección sin hablar bienvenido sea, pero si no, ¿van a tener que quedar en silencio, penando por ello?
Es indudable que también tienen mucho que ver las actitudes machistas y un marco de represión familiar y educativa, en el que nunca se explica a los jóvenes ni a los adultos cómo es la respuesta sexual fisiológica.
También hay que destacar la incapacidad de ciertas mujeres de abandonarse a las sensaciones placenteras y estar pendientes de si van a terminar o no, de allí que muchas finjan el orgasmo, lo que les crea una situación muy tensionante y poco grata.
¿No es mejor fingir el orgasmo, antes que quedar mal frente a los varones?
Fingir los orgasmos condena a una mujer a seguir haciéndolo y a no poder gozar, ya que está más pendiente de la escena que tienen que dramatizar que de su propia entrega al placer orgásmico. Para ella es más importante que él se sienta varón por producirle el orgasmo que su propio goce. Podríamos decir que para poder empezar a tener la posibilidad de orgasmar - si cabe el neologismo- : hay que dejar atrás la actuación y los fingimientos.