Maes, ¿adivinen quién se despertó con ganas de llamar la atención otra vez? Sip, nuestro querido y a veces temperamental Volcán Poás. Justo cuando uno está pensando en el almuerzo, a eso de las 12:30 del mediodía, el coloso decidió que era un buen momento para estirar las piernas y nos regaló una erupción con una columna que, según los cargas del Ovsicori, se levantó unos 500 metros sobre el cráter. Medio kilómetro de altura, para que nos hagamos una idea. ¡Nada más y nada menos!
El reporte oficial describe la vara como una "pluma rica en vapor de agua y gases magmáticos" con un color grisáceo por la "carga moderada de ceniza". En tico: el volcán tiró un carajazo de humo con ceniza, lo suficiente para que se viera imponente. El viento, que nunca se queda quieto, se está encargando de llevarse todo el chunche para el oeste. La buena noticia, por ahora, es que parece que la ceniza se está portando bien y no ha querido salir a pasear por los pueblos cercanos. Nadie fuera del Parque Nacional ha reportado que el carro le amaneció con esa capa gris tan particular. Ojalá siga así, porque lavar el carro cuesta plata y tiempo.
Ahora, esto no es ninguna sorpresa. Los expertos del Ovsicori lo han dicho hasta el cansancio: el Poás está en una fase de alta actividad. Hay un flujo constante de calor, gases y vapor que sale de sus entrañas, y eso hace que de vez en cuando tenga estos desahogos. Es como cuando uno tiene mucho brete acumulado y necesita soltar el estrés. Bueno, el Poás lo hace con erupciones de ceniza. De hecho, este es el sétimo evento similar que se registra en el último mes y medio. El pasado 20 de agosto también hizo de las suyas, aunque esa vez fue más tímido, con una columna de solo 200 metros. Parece que le está agarrando el gusto otra vez.
Lo que pone a pensar es el timing, ¿verdad? El Parque Nacional Volcán Poás tiene poquísimo de haber reabierto, desde el pasado 30 de julio. Pasó cerrado un montón de tiempo por la jodedera del volcán en este 2025 (sí, 2025, así dice el cable, seguro fue un dedazo y era este año, pero bueno, el punto se entiende). Uno se imagina a la gente de la zona, que vive del turismo, cruzando los dedos para que la actividad no se ponga tan intensa como para que tengan que cerrar el chante otra vez. Sería una sal terrible que, justo cuando la cosa empieza a moverse, el volcán decida ponerse en modo despiche y ahuyentar a todo el mundo. Toca estar atentos a lo que digan las autoridades.
Al final del día, esta es la realidad de vivir en este paraíso lleno de montañas que escupen fuego. La verdad, ver esas imágenes es un recordatorio de que vivimos en una tierra súper activa y poderosa. ¡Qué carga la fuerza que tiene la naturaleza! Es un espectáculo impresionante, siempre y cuando lo veamos desde una distancia segura y no nos arruine la pintura del techo. Por ahora, el Poás solo está recordándonos quién manda en esa parte de Alajuela, y mientras no pase a más, se le permite el show. Estaremos pendientes de cualquier novedad para mantenerlos al tanto, como siempre.
Diay, maes, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que es el inicio de algo más serio o simplemente el Poás haciendo su show de siempre? ¿Alguien de la zona de Poás, Grecia o Sarchí que nos cuente si les ha llegado olor a azufre o han visto algo?
El reporte oficial describe la vara como una "pluma rica en vapor de agua y gases magmáticos" con un color grisáceo por la "carga moderada de ceniza". En tico: el volcán tiró un carajazo de humo con ceniza, lo suficiente para que se viera imponente. El viento, que nunca se queda quieto, se está encargando de llevarse todo el chunche para el oeste. La buena noticia, por ahora, es que parece que la ceniza se está portando bien y no ha querido salir a pasear por los pueblos cercanos. Nadie fuera del Parque Nacional ha reportado que el carro le amaneció con esa capa gris tan particular. Ojalá siga así, porque lavar el carro cuesta plata y tiempo.
Ahora, esto no es ninguna sorpresa. Los expertos del Ovsicori lo han dicho hasta el cansancio: el Poás está en una fase de alta actividad. Hay un flujo constante de calor, gases y vapor que sale de sus entrañas, y eso hace que de vez en cuando tenga estos desahogos. Es como cuando uno tiene mucho brete acumulado y necesita soltar el estrés. Bueno, el Poás lo hace con erupciones de ceniza. De hecho, este es el sétimo evento similar que se registra en el último mes y medio. El pasado 20 de agosto también hizo de las suyas, aunque esa vez fue más tímido, con una columna de solo 200 metros. Parece que le está agarrando el gusto otra vez.
Lo que pone a pensar es el timing, ¿verdad? El Parque Nacional Volcán Poás tiene poquísimo de haber reabierto, desde el pasado 30 de julio. Pasó cerrado un montón de tiempo por la jodedera del volcán en este 2025 (sí, 2025, así dice el cable, seguro fue un dedazo y era este año, pero bueno, el punto se entiende). Uno se imagina a la gente de la zona, que vive del turismo, cruzando los dedos para que la actividad no se ponga tan intensa como para que tengan que cerrar el chante otra vez. Sería una sal terrible que, justo cuando la cosa empieza a moverse, el volcán decida ponerse en modo despiche y ahuyentar a todo el mundo. Toca estar atentos a lo que digan las autoridades.
Al final del día, esta es la realidad de vivir en este paraíso lleno de montañas que escupen fuego. La verdad, ver esas imágenes es un recordatorio de que vivimos en una tierra súper activa y poderosa. ¡Qué carga la fuerza que tiene la naturaleza! Es un espectáculo impresionante, siempre y cuando lo veamos desde una distancia segura y no nos arruine la pintura del techo. Por ahora, el Poás solo está recordándonos quién manda en esa parte de Alajuela, y mientras no pase a más, se le permite el show. Estaremos pendientes de cualquier novedad para mantenerlos al tanto, como siempre.
Diay, maes, ¿ustedes qué piensan? ¿Creen que es el inicio de algo más serio o simplemente el Poás haciendo su show de siempre? ¿Alguien de la zona de Poás, Grecia o Sarchí que nos cuente si les ha llegado olor a azufre o han visto algo?