Diay, maes. ¿Cómo va todo? Espero que bien, aunque viendo los últimos números de la encuesta del CIEP-UCR, parece que el optimismo anda más perdido que el chiquito de la Llorona. La vara es que salió el estudio de opinión pública de septiembre y, sinceramente, ¡qué despiche! Resulta y acontece que un apabullante 70% de los ticos tiene entre “poca” y “ninguna” confianza en que el Gobierno actual vaya a solucionar el broncón que nos tiene a todos con el pelo de punta: la inseguridad. Y no es para menos, si salir a la calle después de las 7 de la noche ya se siente como un deporte extremo.
Vamos a desmenuzar el chunche, porque los datos tienen su miga. De ese 70%, hay un 37% que está en modo “no les creo ni el saludo”. O sea, confianza cero, nula, en el sótano. A ese grupo se le suma un 32% que, diplomáticamente, dice tener “poca confianza”, que en buen tico significa que ven más probable que la Sele gane el Mundial a que esta gente resuelva el desmadre. Es un mensaje clarísimo. Ya no son solo críticas en redes sociales o conversaciones de pasillo en el brete; es una mayoría contundente que básicamente le está diciendo al Poder Ejecutivo: “Mae, con todo respeto, pero se están jalando una torta”.
Claro, para no ser tan fatalistas, el mismo papel dice que un 18% tiene “alguna confianza” y un 12% tiene “mucha confianza”. Y ojo, con todo el respeto para ese 12%, pero hay que tener una fe a prueba de balas para estar en ese barco. Es un pequeño aumento de dos puntos desde la última medición, pero seamos honestos, es como intentar tapar el cráter del Poás con una curita. La tendencia general es un escepticismo masivo. La gente ya no se come el cuento de las conferencias de prensa y los discursos encendidos. Lo que la gente ve es que el vecino de la par fue asaltado, que a la sobrina le robaron el celular en la parada del bus y que cada día hay una noticia más violenta que la anterior. La percepción en la calle le está ganando por goleada a cualquier Power Point que presenten en Zapote.
Y para los que piensan que esto es una encuesta "ahí nomás", hay que aclarar la metodología. Los maes del CIEP y la UCR no llamaron a tres gatos. Se mandaron 1.003 entrevistas telefónicas a lo largo de todo el país, con un nivel de confianza del 95%. Esto significa que el dato es robusto, es un reflejo bastante fiel de lo que está pensando la población. La inseguridad dejó de ser un tema más en la agenda para convertirse en *el* tema. Es la principal preocupación que le quita el sueño al tico de a pie, muy por encima del costo de la vida, que ya es decir bastante. ¡Qué sal la nuestra! Cuando no es una cosa, es otra.
Al final, esta encuesta es más que una simple estadística; es el termómetro de una ciudadanía que se siente vulnerable y, peor aún, desamparada por quienes deberían estar protegiéndola. La confianza no se decreta, se gana con acciones, con resultados tangibles que le devuelvan la paz a la gente. Y mientras eso no pase, los números seguirán siendo un golpe de realidad para cualquiera que se siente en la silla presidencial. Pero bueno, esa es mi lectura. Ahora les toca a ustedes, que son los que andan pateando la calle todos los días. Más allá de los números, quiero saber cómo lo viven. ¿Se sienten parte de ese 70% que ya tiró la toalla? ¿O son de los valientes que todavía le tienen fe al brete del Gobierno en este tema? Cuenten, ¿qué es lo que más los agobia de la situación actual?
Vamos a desmenuzar el chunche, porque los datos tienen su miga. De ese 70%, hay un 37% que está en modo “no les creo ni el saludo”. O sea, confianza cero, nula, en el sótano. A ese grupo se le suma un 32% que, diplomáticamente, dice tener “poca confianza”, que en buen tico significa que ven más probable que la Sele gane el Mundial a que esta gente resuelva el desmadre. Es un mensaje clarísimo. Ya no son solo críticas en redes sociales o conversaciones de pasillo en el brete; es una mayoría contundente que básicamente le está diciendo al Poder Ejecutivo: “Mae, con todo respeto, pero se están jalando una torta”.
Claro, para no ser tan fatalistas, el mismo papel dice que un 18% tiene “alguna confianza” y un 12% tiene “mucha confianza”. Y ojo, con todo el respeto para ese 12%, pero hay que tener una fe a prueba de balas para estar en ese barco. Es un pequeño aumento de dos puntos desde la última medición, pero seamos honestos, es como intentar tapar el cráter del Poás con una curita. La tendencia general es un escepticismo masivo. La gente ya no se come el cuento de las conferencias de prensa y los discursos encendidos. Lo que la gente ve es que el vecino de la par fue asaltado, que a la sobrina le robaron el celular en la parada del bus y que cada día hay una noticia más violenta que la anterior. La percepción en la calle le está ganando por goleada a cualquier Power Point que presenten en Zapote.
Y para los que piensan que esto es una encuesta "ahí nomás", hay que aclarar la metodología. Los maes del CIEP y la UCR no llamaron a tres gatos. Se mandaron 1.003 entrevistas telefónicas a lo largo de todo el país, con un nivel de confianza del 95%. Esto significa que el dato es robusto, es un reflejo bastante fiel de lo que está pensando la población. La inseguridad dejó de ser un tema más en la agenda para convertirse en *el* tema. Es la principal preocupación que le quita el sueño al tico de a pie, muy por encima del costo de la vida, que ya es decir bastante. ¡Qué sal la nuestra! Cuando no es una cosa, es otra.
Al final, esta encuesta es más que una simple estadística; es el termómetro de una ciudadanía que se siente vulnerable y, peor aún, desamparada por quienes deberían estar protegiéndola. La confianza no se decreta, se gana con acciones, con resultados tangibles que le devuelvan la paz a la gente. Y mientras eso no pase, los números seguirán siendo un golpe de realidad para cualquiera que se siente en la silla presidencial. Pero bueno, esa es mi lectura. Ahora les toca a ustedes, que son los que andan pateando la calle todos los días. Más allá de los números, quiero saber cómo lo viven. ¿Se sienten parte de ese 70% que ya tiró la toalla? ¿O son de los valientes que todavía le tienen fe al brete del Gobierno en este tema? Cuenten, ¿qué es lo que más los agobia de la situación actual?