Maes, la novela política de Cuesta de Moras sumó un capítulo de esos que cambian toda la trama. Cuando pensábamos que la vara del levantamiento de inmunidad iba a ser un paquete doble, resulta que el Ministro de Cultura y Juventud, Jorge Rodríguez, decidió adelantarse a la jugada y renunciar voluntariamente a su fuero. Así, como si nada. Le mandó una cartita al Congreso y ¡pum!, se quitó de encima el escudo protector que lo blindaba en el caso BCIE.
Para los que no están muy metidos en el brete legal, el fuero de improcedibilidad es básicamente un "no me toquen" que tienen ciertos altos funcionarios para que no los puedan investigar o procesar judicialmente sin que la Asamblea Legislativa dé permiso primero. Lo que hizo Rodríguez fue decir: "Saben qué, a mí investíguenme de una vez, no necesito que 57 diputados se pongan de acuerdo". La confirmación la dio el propio presi del Congreso, Rodrigo Arias, quien dijo que el expediente del ministro ya va de patitas para el Poder Judicial. Ahora la Fiscalía tiene luz verde para seguir con la acusación por supuesta concusión.
Pero aquí es donde la vara se pone interesante, porque esta movida tiene consecuencias directas y potentes. Al bajarse Rodríguez de este barco, le dejó el escenario completo, con todos los reflectores y la presión, a su jefe: el presidente Rodrigo Chaves. La comisión que estaba analizando levantarles la inmunidad a los dos, ahora solo tiene un nombre en la mesa. La votación del próximo lunes, esa que iba a ser un 2x1, ahora es un referéndum político sobre una sola figura. Diay, ¿qué significa esto? Que toda la energía, los argumentos y los votos se van a concentrar única y exclusivamente en decidir si el Presidente de la República debe o no enfrentar a la justicia sin su armadura.
Claramente, esto es un ajedrez político. La pregunta del millón es: ¿por qué lo hizo? Una teoría es que Rodríguez, viendo el panorama, prefirió enfrentar el proceso judicial por su cuenta, quizás confiando en su defensa y evitando el desgaste de un circo político en el Congreso que, de por sí, ya se veía complicado. Es una forma de decir "no tengo nada que esconder y me la juego limpio". Otra opción es que sea una estrategia calculada para separar los casos y no permitir que un potencial voto negativo contra Chaves lo arrastrara a él, o viceversa. No querían que el destino de uno quedara amarrado al del otro, evitando el riesgo de que alguno se jalara una torta y embarcara al compañero.
Sea como sea, la renuncia de Rodríguez al fuero cambia las reglas del juego de cara al lunes. La decisión sobre Chaves ahora es más directa, sin distracciones. La presión sobre los diputados aumenta, porque ya no pueden dividir su razonamiento. Es un sí o un no, sin matices, sobre la figura presidencial. El ambiente en la Asamblea se va a poner tenso, y lo que parecía un trámite complicado ahora se convierte en el evento político de la semana, con un solo protagonista en el banquillo de los acusados legislativos.
Maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Fue una jugada de ajedrecista carga por parte de Rodríguez o más bien una señal de que la cosa está que arde y prefirió salvarse solo? ¿Y cómo deja esto parado a Chaves para el lunes? ¡Los leo!
Para los que no están muy metidos en el brete legal, el fuero de improcedibilidad es básicamente un "no me toquen" que tienen ciertos altos funcionarios para que no los puedan investigar o procesar judicialmente sin que la Asamblea Legislativa dé permiso primero. Lo que hizo Rodríguez fue decir: "Saben qué, a mí investíguenme de una vez, no necesito que 57 diputados se pongan de acuerdo". La confirmación la dio el propio presi del Congreso, Rodrigo Arias, quien dijo que el expediente del ministro ya va de patitas para el Poder Judicial. Ahora la Fiscalía tiene luz verde para seguir con la acusación por supuesta concusión.
Pero aquí es donde la vara se pone interesante, porque esta movida tiene consecuencias directas y potentes. Al bajarse Rodríguez de este barco, le dejó el escenario completo, con todos los reflectores y la presión, a su jefe: el presidente Rodrigo Chaves. La comisión que estaba analizando levantarles la inmunidad a los dos, ahora solo tiene un nombre en la mesa. La votación del próximo lunes, esa que iba a ser un 2x1, ahora es un referéndum político sobre una sola figura. Diay, ¿qué significa esto? Que toda la energía, los argumentos y los votos se van a concentrar única y exclusivamente en decidir si el Presidente de la República debe o no enfrentar a la justicia sin su armadura.
Claramente, esto es un ajedrez político. La pregunta del millón es: ¿por qué lo hizo? Una teoría es que Rodríguez, viendo el panorama, prefirió enfrentar el proceso judicial por su cuenta, quizás confiando en su defensa y evitando el desgaste de un circo político en el Congreso que, de por sí, ya se veía complicado. Es una forma de decir "no tengo nada que esconder y me la juego limpio". Otra opción es que sea una estrategia calculada para separar los casos y no permitir que un potencial voto negativo contra Chaves lo arrastrara a él, o viceversa. No querían que el destino de uno quedara amarrado al del otro, evitando el riesgo de que alguno se jalara una torta y embarcara al compañero.
Sea como sea, la renuncia de Rodríguez al fuero cambia las reglas del juego de cara al lunes. La decisión sobre Chaves ahora es más directa, sin distracciones. La presión sobre los diputados aumenta, porque ya no pueden dividir su razonamiento. Es un sí o un no, sin matices, sobre la figura presidencial. El ambiente en la Asamblea se va a poner tenso, y lo que parecía un trámite complicado ahora se convierte en el evento político de la semana, con un solo protagonista en el banquillo de los acusados legislativos.
Maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Fue una jugada de ajedrecista carga por parte de Rodríguez o más bien una señal de que la cosa está que arde y prefirió salvarse solo? ¿Y cómo deja esto parado a Chaves para el lunes? ¡Los leo!