Maes, pónganse cómodos porque la noticia que les traigo hoy es de esas que uno lleva años esperando. ¿Se acuerdan de la eterna novela del nuevo hospital para Cartago? Ese culebrón que parecía no tener fin, con capítulos llenos de pleitos por el terreno, dudas sobre la plata y una provincia entera comiéndose las uñas. Bueno, pues parece que por fin llegamos al capítulo final, y con un final feliz. ¡Qué nivel! La Contraloría General de la República acaba de darle el refrendo definitivo al contrato entre la Caja y la constructora Van Der Laat y Jiménez. En tico simple: ¡HAY LUZ VERDE TOTAL!
Para los que no están al tanto del chisme completo, esta vara ha sido un puro dolor de cabeza. El proyecto, que no es cualquier chunche, estamos hablando de una inversión de casi $400 millones de dólares, busca reemplazar al ya colapsadísimo Hospital Max Peralta. El principal despiche se armó por el terreno. El Gobierno de Chaves se puso en unas y dijo que ese lote no servía, que no era apto, y ahí se nos fue un tiempo valiosísimo en un “que sí, que no” que tenía a todo Cartago con los pelos de punta. Pero diay, la Contraloría, que es el árbitro en estas jugadas, revisó todos los estudios y concluyó lo que la Caja venía diciendo: el terreno sí cumple con todos los requisitos técnicos. ¡Punto final a esa discusión!
Pero la cosa no paraba ahí. Siempre quedaba la duda de si la plata estaba de verdad. Porque una cosa es decir que se va a hacer y otra tener el billete listo para el brete. Pues, el otro gran portazo que le dio la Contraloría a los pesimistas fue confirmar que la CCSS tiene el financiamiento amarrado y asegurado para todo el proyecto. Con esto, se despejaron las últimas nubes legales y financieras que amenazaban con aguar la fiesta. Ya no hay “peros” que valgan. Se acabaron las excusas y los atrasos; ahora lo que queda es ponerse a trabajar.
Entonces, ¿qué sigue ahora? Con el refrendo en la mano, la pelota vuelve a la cancha de la Caja. La CCSS tiene que emitir la famosa “orden de inicio”. Básicamente, es el pitazo inicial para que Van Der Laat y Jiménez empiece a mover tierra. Primero viene toda la fase de diseño detallado y luego, lo que todos queremos ver: la construcción y el equipamiento. Esto es una urgencia a gritos. Cartago ha crecido de una forma increíble y la infraestructura de salud se quedó pegada en el tiempo. El Max Peralta ya no da para más y la gente de la provincia se merece un servicio de salud a cachete.
Este nuevo hospital no es solo un edificio más; es probablemente una de las obras de salud pública más ambiciosas y necesarias de los últimos años en Costa Rica. Una vez que esté listo, va a transformar por completo el acceso a servicios médicos para cientos de miles de ticos en toda la región. Después de tanta lucha y tanto entrabamiento, esta noticia se siente como una victoria para todos. Ahora la gran pregunta queda en el aire para el foro: Ahora que por fin se destrabó la vara, ¿creen que la construcción vaya sobre ruedas o nos espera otro capítulo inesperado en esta novela?
Para los que no están al tanto del chisme completo, esta vara ha sido un puro dolor de cabeza. El proyecto, que no es cualquier chunche, estamos hablando de una inversión de casi $400 millones de dólares, busca reemplazar al ya colapsadísimo Hospital Max Peralta. El principal despiche se armó por el terreno. El Gobierno de Chaves se puso en unas y dijo que ese lote no servía, que no era apto, y ahí se nos fue un tiempo valiosísimo en un “que sí, que no” que tenía a todo Cartago con los pelos de punta. Pero diay, la Contraloría, que es el árbitro en estas jugadas, revisó todos los estudios y concluyó lo que la Caja venía diciendo: el terreno sí cumple con todos los requisitos técnicos. ¡Punto final a esa discusión!
Pero la cosa no paraba ahí. Siempre quedaba la duda de si la plata estaba de verdad. Porque una cosa es decir que se va a hacer y otra tener el billete listo para el brete. Pues, el otro gran portazo que le dio la Contraloría a los pesimistas fue confirmar que la CCSS tiene el financiamiento amarrado y asegurado para todo el proyecto. Con esto, se despejaron las últimas nubes legales y financieras que amenazaban con aguar la fiesta. Ya no hay “peros” que valgan. Se acabaron las excusas y los atrasos; ahora lo que queda es ponerse a trabajar.
Entonces, ¿qué sigue ahora? Con el refrendo en la mano, la pelota vuelve a la cancha de la Caja. La CCSS tiene que emitir la famosa “orden de inicio”. Básicamente, es el pitazo inicial para que Van Der Laat y Jiménez empiece a mover tierra. Primero viene toda la fase de diseño detallado y luego, lo que todos queremos ver: la construcción y el equipamiento. Esto es una urgencia a gritos. Cartago ha crecido de una forma increíble y la infraestructura de salud se quedó pegada en el tiempo. El Max Peralta ya no da para más y la gente de la provincia se merece un servicio de salud a cachete.
Este nuevo hospital no es solo un edificio más; es probablemente una de las obras de salud pública más ambiciosas y necesarias de los últimos años en Costa Rica. Una vez que esté listo, va a transformar por completo el acceso a servicios médicos para cientos de miles de ticos en toda la región. Después de tanta lucha y tanto entrabamiento, esta noticia se siente como una victoria para todos. Ahora la gran pregunta queda en el aire para el foro: Ahora que por fin se destrabó la vara, ¿creen que la construcción vaya sobre ruedas o nos espera otro capítulo inesperado en esta novela?