Maes, ¡notición para la gente de Cartago! Después de meses de un dime que te diré que ya parecía novela turca, la Contraloría General de la República (CGR) le puso el punto final a la discusión y le dio el aval al contrato para la construcción del nuevo hospital en El Guarco. ¡Qué chiva! Por fin una luz al final del túnel para un proyecto que es más que urgente para toda la provincia.
Seamos honestos, esta vara se había puesto color de hormiga. Por un lado, teníamos al Gobierno de Rodrigo Chaves y a la presidenta de la Caja, Mónica Taylor, tirando la idea de que ese terreno no servía para nada, casi que pintándolo como un pantano radioactivo. Cada vez que podían, en conferencias o programas, le metían cizaña al asunto, generando una incertidumbre que ya tenía a todo el mundo con los pelos de punta. La narrativa era clara: "ese lote no sirve, hay que buscar otro", lo que en la práctica significaba atrasar todo quién sabe cuántos años más.
Pero diay, parece que los datos técnicos pesan más que los discursos. La Contraloría, que no se anda por las ramas, recibió toda la información de la CCSS y la revisó con lupa. ¿El resultado? Un espaldarazo total al proyecto. No solo confirmaron que el terreno cumple con todas las condiciones técnicas necesarias, sino que además soltaron una joya: por sus características, "no es necesario la relocalización de servicios". O sea, el lote está listo para que empiecen a meter pala. ¡Qué nivel! La CGR verificó el brete de preinversión, los estudios legales y hasta que las nuevas fuentes de financiamiento estuvieran seguras. Un chequeo completito.
Con este refrendo en la mano, a la CCSS se le acabaron las excusas. La pelota está ahora en su cancha y tienen la obligación de emitir la orden de inicio para que la constructora Van Der Laat y Jiménez S.A. empiece a mover tierra. Estamos hablando de un chunche de casi $400 millones, uno de los proyectos de infraestructura en salud más grandes de los últimos años. La Contraloría fue clarísima: la Caja debe ejecutar la obra bajo su "entera responsabilidad", un recordatorio sutil de que ya no hay para dónde hacerse.
Al final del día, más allá de la hablada y la política, lo que realmente importa es que los cartagos están un paso gigantesco más cerca de tener el hospital que tanto se merecen y que llevan años esperando. Es una victoria de los criterios técnicos sobre las narrativas políticas, y eso siempre es una buena vara. Ahora queda ver si el proceso avanza sin más trabas. La verdad, ¡qué tuanis que por fin se mueva este asunto!
Pero bueno, ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que con este aval de la Contraloría ahora sí arranca la construcción sin problemas, o nos espera otro capítulo de esta novela?
Seamos honestos, esta vara se había puesto color de hormiga. Por un lado, teníamos al Gobierno de Rodrigo Chaves y a la presidenta de la Caja, Mónica Taylor, tirando la idea de que ese terreno no servía para nada, casi que pintándolo como un pantano radioactivo. Cada vez que podían, en conferencias o programas, le metían cizaña al asunto, generando una incertidumbre que ya tenía a todo el mundo con los pelos de punta. La narrativa era clara: "ese lote no sirve, hay que buscar otro", lo que en la práctica significaba atrasar todo quién sabe cuántos años más.
Pero diay, parece que los datos técnicos pesan más que los discursos. La Contraloría, que no se anda por las ramas, recibió toda la información de la CCSS y la revisó con lupa. ¿El resultado? Un espaldarazo total al proyecto. No solo confirmaron que el terreno cumple con todas las condiciones técnicas necesarias, sino que además soltaron una joya: por sus características, "no es necesario la relocalización de servicios". O sea, el lote está listo para que empiecen a meter pala. ¡Qué nivel! La CGR verificó el brete de preinversión, los estudios legales y hasta que las nuevas fuentes de financiamiento estuvieran seguras. Un chequeo completito.
Con este refrendo en la mano, a la CCSS se le acabaron las excusas. La pelota está ahora en su cancha y tienen la obligación de emitir la orden de inicio para que la constructora Van Der Laat y Jiménez S.A. empiece a mover tierra. Estamos hablando de un chunche de casi $400 millones, uno de los proyectos de infraestructura en salud más grandes de los últimos años. La Contraloría fue clarísima: la Caja debe ejecutar la obra bajo su "entera responsabilidad", un recordatorio sutil de que ya no hay para dónde hacerse.
Al final del día, más allá de la hablada y la política, lo que realmente importa es que los cartagos están un paso gigantesco más cerca de tener el hospital que tanto se merecen y que llevan años esperando. Es una victoria de los criterios técnicos sobre las narrativas políticas, y eso siempre es una buena vara. Ahora queda ver si el proceso avanza sin más trabas. La verdad, ¡qué tuanis que por fin se mueva este asunto!
Pero bueno, ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que con este aval de la Contraloría ahora sí arranca la construcción sin problemas, o nos espera otro capítulo de esta novela?