Maes, a veces uno se topa con noticias en el "Foro de Costa Rica" que simplemente parecen un chiste mal contado, pero no, son 100% reales. La de hoy es una joya de Sarapiquí que tiene de todo: acción, persecución familiar y, como gran final, un escondite que ni a Splinter se le hubiera ocurrido. La vara es que un sujeto de apellido Masís decidió que era una excelente idea sustraer un vehículo. Pero no se imaginen un Mercedes último modelo o un Prado del año para ir a pegar porte. No, señor. El chunche en cuestión era un Geo Tracker. Sí, un Geo Tracker, de esos que ya son casi una leyenda urbana. El mae lo vio parqueado frente a una escuela en Finca 6 de Horquetas y dijo: "esta es la mía".
Lo que el compa no calculó es que la dueña del carro, que por cierto bretea en esa misma escuela, tiene el instinto de una leona defendiendo a su cría... o en este caso, a su Tracker. Apenas se dio cuenta del robo, en lugar de llamar al 911 y ponerse a llorar, hizo lo que cualquier tico con agallas haría: ¡empezó a perseguirlo! Y no sola, la doña activó el batallón familiar. Me imagino la escena por la calle de Horquetas: un Geo Tracker a toda mecha y detrás una caravana de familiares indignados. Claramente, el plan maestro del mae se estaba yendo al traste. La presión era demasiada, el carro tampoco es que vuela y, diay, la familia tica unida jamás será vencida, menos cuando se meten con su medio de transporte.
Aquí es donde la historia pasa de ser un simple suceso a material para un especial de comedia. Acorralado y probablemente sudando más que testigo falso, el sujeto tomó una decisión que lo inmortaliza. Abandonó el Tracker en media huida y, en lugar de perderse en el monte o tratar de disimular, se jaló la torta del siglo: se escondió en una alcantarilla. ¡En una alcantarilla debajo de la Ruta 4! O sea, de todas las opciones posibles, escogió la que garantiza el peor olor y la menor dignidad. Me lo imagino ahí adentro, todo lleno de... bueno, de cosas de alcantarilla, pensando que la había coronado, creyéndose el quinto integrante de las Tortugas Ninja, edición Sarapiquí.
Obviamente, el escondite no era tan brillante como él pensó. La Fuerza Pública, que ya estaba alertada del despiche, llegó al sector de 4 Esquinas y no tuvo que usar tecnología de la NASA para encontrarlo. Me imagino que fue un diálogo tipo: "¿Y el sospechoso?", "Jefe, creo que es ese que está metido en el tubo de desagüe". ¡Qué sal la del compa, de verdad! Su carrera criminal duró lo que dura un aguacero con sol. Lo sacaron de ahí y lo detuvieron. Un aplauso para la dueña y su familia, que demostraron que aquí no se andan con juegos, y otro para el ladrón, por darnos una de las historias más memorables del año.
Esta vara, más allá de la crónica de sucesos, es un reflejo de ese realismo mágico tan nuestro. Un robo que termina en una persecución familiar y con el ladrón convertido en anfibio urbano. Es el tipo de despiche que, una vez que pasa el susto, se convierte en anécdota de sobremesa para toda la vida para la familia afectada. Es una prueba de que, a veces, los malos planes no solo salen mal, sino que terminan de la forma más ridícula posible. Así que abro el debate en el foro: más allá de la torta que se jaló el mae, ¿no les parece que esta historia tiene ese 'no sé qué' tan tico? La reacción de la gente, la elección del escondite... ¿Cuál ha sido el intento de robo o escape más patético que han escuchado ustedes?
Lo que el compa no calculó es que la dueña del carro, que por cierto bretea en esa misma escuela, tiene el instinto de una leona defendiendo a su cría... o en este caso, a su Tracker. Apenas se dio cuenta del robo, en lugar de llamar al 911 y ponerse a llorar, hizo lo que cualquier tico con agallas haría: ¡empezó a perseguirlo! Y no sola, la doña activó el batallón familiar. Me imagino la escena por la calle de Horquetas: un Geo Tracker a toda mecha y detrás una caravana de familiares indignados. Claramente, el plan maestro del mae se estaba yendo al traste. La presión era demasiada, el carro tampoco es que vuela y, diay, la familia tica unida jamás será vencida, menos cuando se meten con su medio de transporte.
Aquí es donde la historia pasa de ser un simple suceso a material para un especial de comedia. Acorralado y probablemente sudando más que testigo falso, el sujeto tomó una decisión que lo inmortaliza. Abandonó el Tracker en media huida y, en lugar de perderse en el monte o tratar de disimular, se jaló la torta del siglo: se escondió en una alcantarilla. ¡En una alcantarilla debajo de la Ruta 4! O sea, de todas las opciones posibles, escogió la que garantiza el peor olor y la menor dignidad. Me lo imagino ahí adentro, todo lleno de... bueno, de cosas de alcantarilla, pensando que la había coronado, creyéndose el quinto integrante de las Tortugas Ninja, edición Sarapiquí.
Obviamente, el escondite no era tan brillante como él pensó. La Fuerza Pública, que ya estaba alertada del despiche, llegó al sector de 4 Esquinas y no tuvo que usar tecnología de la NASA para encontrarlo. Me imagino que fue un diálogo tipo: "¿Y el sospechoso?", "Jefe, creo que es ese que está metido en el tubo de desagüe". ¡Qué sal la del compa, de verdad! Su carrera criminal duró lo que dura un aguacero con sol. Lo sacaron de ahí y lo detuvieron. Un aplauso para la dueña y su familia, que demostraron que aquí no se andan con juegos, y otro para el ladrón, por darnos una de las historias más memorables del año.
Esta vara, más allá de la crónica de sucesos, es un reflejo de ese realismo mágico tan nuestro. Un robo que termina en una persecución familiar y con el ladrón convertido en anfibio urbano. Es el tipo de despiche que, una vez que pasa el susto, se convierte en anécdota de sobremesa para toda la vida para la familia afectada. Es una prueba de que, a veces, los malos planes no solo salen mal, sino que terminan de la forma más ridícula posible. Así que abro el debate en el foro: más allá de la torta que se jaló el mae, ¿no les parece que esta historia tiene ese 'no sé qué' tan tico? La reacción de la gente, la elección del escondite... ¿Cuál ha sido el intento de robo o escape más patético que han escuchado ustedes?
