Maes, para nadie es un secreto que la cosa con el narco en Tiquicia está color de hormiga. Ya no es una vara que uno ve en las noticias de otros países; es el pleito en la esquina, la balacera en la radial y el miedo que se siente en la calle. En medio de todo este caos, nuestros queridísimos diputados en Cuesta de Moras decidieron, por fin, moverse y aprobaron una moción que suena rimbombante: reconocer oficialmente al "Cartel de los Soles" como una organización terrorista. La iniciativa, empujada por Nueva República, busca ponerle un alto a la fiesta que estos grupos se tienen en la región, y que, por supuesto, nos salpica hasta el cuello.
Pero, ¿quiénes son estos maes del Cartel de los Soles? Diay, no son cualquier banda de barrio. Según los gringos de la OFAC (la oficina que se encarga de cazar activos de criminales), es una red que opera desde las altas esferas del régimen venezolano, supuestamente con Nicolás Maduro moviendo los hilos. Para que se hagan una idea del nivel, estos tipos son los que le dan apoyo logístico y material a otros "angelitos" como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa. O sea, estamos hablando de las grandes ligas del crimen organizado. Ver que nuestros diputados finalmente le ponen nombre y apellido al monstruo es un paso, pero la pregunta del millón es si esto no se queda en un titular bonito y nada más. ¡Qué despiche tener que lidiar con estos tentáculos criminales que se extienden por todo el continente!
La decisión de la Asamblea no es solo para la foto. El acuerdo es un exhorto, un manazo en la mesa para que el Poder Ejecutivo se ponga las pilas. Le tiran la bola directamente al Ministerio de Seguridad, al ICD y hasta al Ministerio Público para que empiecen a tomar acciones concretas. ¿Qué significa esto en español? Que tienen luz verde para identificar, investigar y perseguir cualquier vínculo de este cartel en suelo tico. Significa que pueden congelarles las cuentas, decomisarles los chunches y los activos que tengan por acá, aplicando la famosa Ley 8204. El brete que se les viene es titánico, porque implica no solo fortalecer la cooperación con otros países, sino también tapar todos los huecos por donde esta gente podría estar moviendo su plata y operando sin que nadie se dé cuenta.
Y la vara no termina ahí. La moción, inteligentemente, no se cierra solo en el Cartel de los Soles. Es como un combo que aprovecha el viaje para incluir a otros grupos que nos tienen la vida de cuadritos: el Clan del Golfo, el Cartel Jalisco Nueva Generación, el ya mencionado Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa. Básicamente, es una declaración de guerra formal contra las principales franquicias del crimen transnacional que ven en Costa Rica un paraíso logístico. La sal que tenemos es nuestra ubicación geográfica, un puente perfecto para sus rutas, y por años parece que se nos olvidó lo que eso implicaba. Ahora estamos pagando la factura, y con intereses.
Al final del día, esta moción es un reconocimiento oficial de una realidad que nos está comiendo vivos. Es pasar del "aquí no pasa nada" al "estamos hasta el cuello y necesitamos hacer algo". Apoyar los esfuerzos de Estados Unidos y Francia en el Caribe para frenar las operaciones de estos grupos es coherente, pero no podemos depender solo de ayuda externa. La verdadera prueba de fuego será ver si el montón de acciones que se listan en ese papel se traducen en resultados tangibles. Si no, todo esto se va a ir al traste y solo habrá sido un gesto simbólico, un saludo a la bandera mientras el país se sigue hundiendo. Y esa sí que sería la peor torta de todas. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que esta declaración va a cambiar algo de verdad o es pura paja para calmar a la gente?
Pero, ¿quiénes son estos maes del Cartel de los Soles? Diay, no son cualquier banda de barrio. Según los gringos de la OFAC (la oficina que se encarga de cazar activos de criminales), es una red que opera desde las altas esferas del régimen venezolano, supuestamente con Nicolás Maduro moviendo los hilos. Para que se hagan una idea del nivel, estos tipos son los que le dan apoyo logístico y material a otros "angelitos" como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa. O sea, estamos hablando de las grandes ligas del crimen organizado. Ver que nuestros diputados finalmente le ponen nombre y apellido al monstruo es un paso, pero la pregunta del millón es si esto no se queda en un titular bonito y nada más. ¡Qué despiche tener que lidiar con estos tentáculos criminales que se extienden por todo el continente!
La decisión de la Asamblea no es solo para la foto. El acuerdo es un exhorto, un manazo en la mesa para que el Poder Ejecutivo se ponga las pilas. Le tiran la bola directamente al Ministerio de Seguridad, al ICD y hasta al Ministerio Público para que empiecen a tomar acciones concretas. ¿Qué significa esto en español? Que tienen luz verde para identificar, investigar y perseguir cualquier vínculo de este cartel en suelo tico. Significa que pueden congelarles las cuentas, decomisarles los chunches y los activos que tengan por acá, aplicando la famosa Ley 8204. El brete que se les viene es titánico, porque implica no solo fortalecer la cooperación con otros países, sino también tapar todos los huecos por donde esta gente podría estar moviendo su plata y operando sin que nadie se dé cuenta.
Y la vara no termina ahí. La moción, inteligentemente, no se cierra solo en el Cartel de los Soles. Es como un combo que aprovecha el viaje para incluir a otros grupos que nos tienen la vida de cuadritos: el Clan del Golfo, el Cartel Jalisco Nueva Generación, el ya mencionado Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa. Básicamente, es una declaración de guerra formal contra las principales franquicias del crimen transnacional que ven en Costa Rica un paraíso logístico. La sal que tenemos es nuestra ubicación geográfica, un puente perfecto para sus rutas, y por años parece que se nos olvidó lo que eso implicaba. Ahora estamos pagando la factura, y con intereses.
Al final del día, esta moción es un reconocimiento oficial de una realidad que nos está comiendo vivos. Es pasar del "aquí no pasa nada" al "estamos hasta el cuello y necesitamos hacer algo". Apoyar los esfuerzos de Estados Unidos y Francia en el Caribe para frenar las operaciones de estos grupos es coherente, pero no podemos depender solo de ayuda externa. La verdadera prueba de fuego será ver si el montón de acciones que se listan en ese papel se traducen en resultados tangibles. Si no, todo esto se va a ir al traste y solo habrá sido un gesto simbólico, un saludo a la bandera mientras el país se sigue hundiendo. Y esa sí que sería la peor torta de todas. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que esta declaración va a cambiar algo de verdad o es pura paja para calmar a la gente?