Mae, a ver, pónganme atención porque esta vara cada día se enreda más. Resulta que el enredo con los nuevos nombramientos en el Banco Nacional (BN) acaba de subir de nivel. La comisión de Ingreso y Gasto Público, que no se anda por las ramas, acaba de convocar al exministro de Economía y actual candidato a la vicepresidencia por el oficialismo, Francisco Gamboa. ¿La razón? Pues diay, parece que la argolla de los nuevos directivos del BN tiene un solo centro de gravedad, y los diputados quieren saber si ese centro se apellida Gamboa. ¡Qué despiche se está armando!
La cosa es así de simple y, a la vez, así de complicada. De los siete directivos temporales que nombraron, al menos cuatro tienen un historial que los conecta directamente con el exministro. Que si fueron compas en la U, que si bretearon juntos en otro lado... la lista de coincidencias es más larga que una semana sin fútbol. Los diputados de la comisión, con la excepción del oficialista Manuel Morales (qué sorpresa, ¿verdad?), olieron que aquí hay gato encerrado y votaron para que Gamboa llegue a dar la cara. Quieren que explique, con pelos y señales, si él fue el que movió los hilos para acomodar a sus fichas en uno de los bancos más importantes del país. Se veía venir, la verdad.
Y para ponerle la cereza a esta torta, la junta directiva temporal parece que está jugando al escondido. Estaban citados para la sesión de este jueves y, ¡sorpresa!, solo dos de los siete se dignaron a aparecer. Los otros cinco mandaron un correo a última hora diciendo que tenían "compromisos laborales previos". ¿Perdón? ¿Qué brete puede ser más importante que rendir cuentas ante el Congreso por el puesto que te dieron, supuestamente, a dedo? Los diputados están que echan humo, y con toda la razón. La lectura es obvia: como cinco de ellos están concursando para quedarse con el puesto fijo, no quieren abrir la boca y jalarse una torta que les arruine el perfil. Más claro no canta un gallo.
Lo más interesante es que este proceso de selección ya está caminando, y uno de los directivos que sí asistió, Rolando Saborío, soltó la sopa. Contó que como parte del concurso ya lo entrevistaron dos figuras clave del Gobierno: la secretaria de actas del Consejo de Gobierno, Yara Jiménez, y la ministra de Tecnología, Paula Bogantes. O sea, el filtro final para la junta directiva de un banco estatal pasa directamente por las oficinas de Casa Presidencial. Esto solo le echa más leña al fuego de la sospecha. No es solo Gamboa el que está en el radar; ahora toda la maquinaria del Ejecutivo está bajo la lupa en este asunto.
Así que el escenario está servido. A Gamboa le tocará ir a dar explicaciones que, de seguro, van a estar más coreografiadas que un baile de TikTok. Mientras tanto, los cinco directivos ausentes tienen una nueva cita el próximo martes y, esta vez, más les vale aparecer. La presión está al máximo y la credibilidad del proceso para nombrar a quienes manejarán uno de los chunches financieros más grandes de Costa Rica está por los suelos. A ver en qué termina esta novela, pero por ahora, la cosa no pinta nada bien.
Ahora les pregunto a ustedes, compas del foro: ¿Creen que esto es un simple caso de 'amiguis' en el brete, o hay algo más turbio detrás de toda esta vara en el Nacional? ¡Los leo!
La cosa es así de simple y, a la vez, así de complicada. De los siete directivos temporales que nombraron, al menos cuatro tienen un historial que los conecta directamente con el exministro. Que si fueron compas en la U, que si bretearon juntos en otro lado... la lista de coincidencias es más larga que una semana sin fútbol. Los diputados de la comisión, con la excepción del oficialista Manuel Morales (qué sorpresa, ¿verdad?), olieron que aquí hay gato encerrado y votaron para que Gamboa llegue a dar la cara. Quieren que explique, con pelos y señales, si él fue el que movió los hilos para acomodar a sus fichas en uno de los bancos más importantes del país. Se veía venir, la verdad.
Y para ponerle la cereza a esta torta, la junta directiva temporal parece que está jugando al escondido. Estaban citados para la sesión de este jueves y, ¡sorpresa!, solo dos de los siete se dignaron a aparecer. Los otros cinco mandaron un correo a última hora diciendo que tenían "compromisos laborales previos". ¿Perdón? ¿Qué brete puede ser más importante que rendir cuentas ante el Congreso por el puesto que te dieron, supuestamente, a dedo? Los diputados están que echan humo, y con toda la razón. La lectura es obvia: como cinco de ellos están concursando para quedarse con el puesto fijo, no quieren abrir la boca y jalarse una torta que les arruine el perfil. Más claro no canta un gallo.
Lo más interesante es que este proceso de selección ya está caminando, y uno de los directivos que sí asistió, Rolando Saborío, soltó la sopa. Contó que como parte del concurso ya lo entrevistaron dos figuras clave del Gobierno: la secretaria de actas del Consejo de Gobierno, Yara Jiménez, y la ministra de Tecnología, Paula Bogantes. O sea, el filtro final para la junta directiva de un banco estatal pasa directamente por las oficinas de Casa Presidencial. Esto solo le echa más leña al fuego de la sospecha. No es solo Gamboa el que está en el radar; ahora toda la maquinaria del Ejecutivo está bajo la lupa en este asunto.
Así que el escenario está servido. A Gamboa le tocará ir a dar explicaciones que, de seguro, van a estar más coreografiadas que un baile de TikTok. Mientras tanto, los cinco directivos ausentes tienen una nueva cita el próximo martes y, esta vez, más les vale aparecer. La presión está al máximo y la credibilidad del proceso para nombrar a quienes manejarán uno de los chunches financieros más grandes de Costa Rica está por los suelos. A ver en qué termina esta novela, pero por ahora, la cosa no pinta nada bien.
Ahora les pregunto a ustedes, compas del foro: ¿Creen que esto es un simple caso de 'amiguis' en el brete, o hay algo más turbio detrás de toda esta vara en el Nacional? ¡Los leo!