Mae, ¿saben cuando uno tiene un pleito con un compa y le piden a un tercero que decida quién tiene la razón, pero el mae se hace el loco y dice "diay, arréglense ustedes"? Bueno, a escala gobierno, eso fue lo que acaba de pasar entre la Cancillería y la Procuraduría General de la República (PGR). Un despiche interno sobre los feriados de los diplomáticos que terminó con la PGR lavándose las manos y devolviendo la papa caliente a la Casa Amarilla.
Para ponerlos en contexto, la vara está así: por más de 15 años, nuestros diplomáticos en el exterior tenían una costumbre bien lógica. Gozaban de los feriados del país donde estaban (porque diay, todo está cerrado) más cinco feriados ticos clave, como el 15 de setiembre. Tenía sentido, ¿no? Pero de un pronto a otro, a la Asesoría Jurídica de la Cancillería le dio por decir que no, que la ley solo les permitía disfrutar los feriados de aquí, los de Costa Rica. Como se imaginarán, el gremio de diplomáticos pegó el grito en el cielo, defendiendo que la práctica era eficiente y respetuosa.
Ante el enredo, el canciller Arnoldo André Tinoco tomó el camino que parecía más fácil: en lugar de tomar una decisión y asumir la responsabilidad, decidió patearle la bola a la Procuraduría. Presentó una consulta formal esperando que el ente procurador actuara como árbitro y dijera, con criterio vinculante, quién tenía la razón. Sonaba como una jugada maestra para evitar el desgaste interno y quedar bien con todo el mundo. El problema es que el plan se fue al traste de la forma más aparatosa posible.
La respuesta de la PGR fue, en buen tico, un "no sea tan vago". Declararon la consulta "inadmisible" por tres razones que son casi un regaño. Primero, porque la Cancillería ni siquiera mandó el dictamen jurídico completo y bien fundamentado que exige la ley para hacer una consulta. Segundo, porque querían que la PGR les resolviera un caso concreto y un pleito en marcha, cuando ese no es su brete; ellos opinan sobre temas generales y abstractos. Y tercero, y la más lapidaria: les recordaron que la Procuraduría no es la niñera de la Administración para andar diciéndole qué decisiones tomar o si sus propios criterios internos son legales. ¡Qué sal!
Al final, todo este circo burocrático deja la vara exactamente donde empezó: con un conflicto interno que la propia Cancillería tiene que resolver sí o sí. La pelota está de nuevo en la cancha de la Casa Amarilla, pero ahora con el bochorno de que la PGR les dijo públicamente que no hicieron bien la tarea. Se quedaron sin el escudo legal que buscaban y ahora tienen que enfrentar el problema de frente. Esto deja una pregunta picante en el aire: ¿Ustedes qué opinan, foreros? ¿Fue una torta monumental de la Cancillería por no saber ni cómo plantear una consulta, o simplemente estaban pateando la bola para no tomar una decisión incómoda? ¿Pura impericia o una jugada política que salió mal?
Para ponerlos en contexto, la vara está así: por más de 15 años, nuestros diplomáticos en el exterior tenían una costumbre bien lógica. Gozaban de los feriados del país donde estaban (porque diay, todo está cerrado) más cinco feriados ticos clave, como el 15 de setiembre. Tenía sentido, ¿no? Pero de un pronto a otro, a la Asesoría Jurídica de la Cancillería le dio por decir que no, que la ley solo les permitía disfrutar los feriados de aquí, los de Costa Rica. Como se imaginarán, el gremio de diplomáticos pegó el grito en el cielo, defendiendo que la práctica era eficiente y respetuosa.
Ante el enredo, el canciller Arnoldo André Tinoco tomó el camino que parecía más fácil: en lugar de tomar una decisión y asumir la responsabilidad, decidió patearle la bola a la Procuraduría. Presentó una consulta formal esperando que el ente procurador actuara como árbitro y dijera, con criterio vinculante, quién tenía la razón. Sonaba como una jugada maestra para evitar el desgaste interno y quedar bien con todo el mundo. El problema es que el plan se fue al traste de la forma más aparatosa posible.
La respuesta de la PGR fue, en buen tico, un "no sea tan vago". Declararon la consulta "inadmisible" por tres razones que son casi un regaño. Primero, porque la Cancillería ni siquiera mandó el dictamen jurídico completo y bien fundamentado que exige la ley para hacer una consulta. Segundo, porque querían que la PGR les resolviera un caso concreto y un pleito en marcha, cuando ese no es su brete; ellos opinan sobre temas generales y abstractos. Y tercero, y la más lapidaria: les recordaron que la Procuraduría no es la niñera de la Administración para andar diciéndole qué decisiones tomar o si sus propios criterios internos son legales. ¡Qué sal!
Al final, todo este circo burocrático deja la vara exactamente donde empezó: con un conflicto interno que la propia Cancillería tiene que resolver sí o sí. La pelota está de nuevo en la cancha de la Casa Amarilla, pero ahora con el bochorno de que la PGR les dijo públicamente que no hicieron bien la tarea. Se quedaron sin el escudo legal que buscaban y ahora tienen que enfrentar el problema de frente. Esto deja una pregunta picante en el aire: ¿Ustedes qué opinan, foreros? ¿Fue una torta monumental de la Cancillería por no saber ni cómo plantear una consulta, o simplemente estaban pateando la bola para no tomar una decisión incómoda? ¿Pura impericia o una jugada política que salió mal?