¡Buenas, maes! Aquí su compa del Foro de Costa Rica, lista para desmenuzar el último despiche que nos trae la crónica de sucesos. Diay, parece que a un par de personajes se les acabó el recreo y el OIJ les tenía una sorpresita guardada. La vara es que los agentes de Alajuela no andan jugando de manudos y le pusieron las esposas a un sujeto de apellido Mora, de apenas 25 años, que al parecer tenía como “brete” principal desaparecer contenedores ajenos. ¡Así como lo oyen! No estamos hablando de que se robó un confite, sino un chunche de esos gigantes que vemos en los puertos.
La historia de este mae Mora suena a guion de película de bajo presupuesto. Resulta que el OIJ lo tenía en la mira por un robo agravado que ocurrió allá por junio en Río Segundo de Alajuela. El plan, supuestamente, fue jalar con un contenedor cargadito de mercadería que iba para un supermercado. Uno se imagina el nivel de organización para mover semejante chereque sin que nadie se dé cuenta. El mae, según la investigación, fue el encargado de manejar el cabezal desde Alajuela hasta un predio en Heredia, donde desmantelaban la mercadería. Pero como dice el dicho, la cuerda siempre se rompe por lo más delgado, y en un allanamiento en julio, las autoridades encontraron el vehículo y otras evidencias que terminaron de hundirlo. ¡Qué torta se jaló!
Pero esperen, que la vara se pone mejor. Como si no fuera suficiente con el contenedor, Mora tenía otra cuenta pendiente. Al parecer, le gustaba tanto la adrenalina de los vehículos pesados que también tenía una orden de captura del Juzgado Penal de Limón por el hurto de un semiremolque. ¡El mae era especialista en la materia! Y aquí viene el giro inesperado: el día que lo detuvieron en Montecillos, no andaba solo. Iba con un compa de 40 años, de apellido Bolaños. Diay, uno pensaría que era su socio, pero no. Este otro señor tenía su propio expediente: una orden de captura del Tribunal Penal de Cartago por simulación de delito. O sea, el mae se inventó un crimen. ¡Vaya junta! Definitivamente, estaban salados.
Al final, todo el plan se les fue al traste. La detención fue limpia y, como es costumbre en estos casos, al sospechoso principal, Mora, le decomisaron el celular. Ese aparatito, maes, seguro que es una caja de Pandora. Ahí deben estar los contactos, las rutas, las conversaciones que van a terminar de armar este rompecabezas para la Fiscalía. Ahora ambos, el supuesto ladrón de contenedores y el amigo que simula delitos, están a la orden del Ministerio Público, esperando que se les defina qué va a pasar con su futuro, que por ahora no se ve nada tuanis. Es un verdadero despiche en el que se metieron, y ahora les toca enfrentar las consecuencias.
Esta noticia me deja pensando en la audacia que se manejan algunos. Mover un contenedor no es cualquier cosa, se necesita logística, contactos y un descaro a otro nivel. Ver que el OIJ logra desarticular estas operaciones da cierta tranquilidad, pero también asusta ver hasta dónde llega la criminalidad. En fin, maes, ahora les paso la bola a ustedes. ¿Qué opinan de esta vara? ¿Creen que las penas para este tipo de delitos son suficientes o se necesita mano más dura? ¿O será que la situación económica empuja a la gente a jalarse estas tortas tan grandes? ¡Los leo en los comentarios!
La historia de este mae Mora suena a guion de película de bajo presupuesto. Resulta que el OIJ lo tenía en la mira por un robo agravado que ocurrió allá por junio en Río Segundo de Alajuela. El plan, supuestamente, fue jalar con un contenedor cargadito de mercadería que iba para un supermercado. Uno se imagina el nivel de organización para mover semejante chereque sin que nadie se dé cuenta. El mae, según la investigación, fue el encargado de manejar el cabezal desde Alajuela hasta un predio en Heredia, donde desmantelaban la mercadería. Pero como dice el dicho, la cuerda siempre se rompe por lo más delgado, y en un allanamiento en julio, las autoridades encontraron el vehículo y otras evidencias que terminaron de hundirlo. ¡Qué torta se jaló!
Pero esperen, que la vara se pone mejor. Como si no fuera suficiente con el contenedor, Mora tenía otra cuenta pendiente. Al parecer, le gustaba tanto la adrenalina de los vehículos pesados que también tenía una orden de captura del Juzgado Penal de Limón por el hurto de un semiremolque. ¡El mae era especialista en la materia! Y aquí viene el giro inesperado: el día que lo detuvieron en Montecillos, no andaba solo. Iba con un compa de 40 años, de apellido Bolaños. Diay, uno pensaría que era su socio, pero no. Este otro señor tenía su propio expediente: una orden de captura del Tribunal Penal de Cartago por simulación de delito. O sea, el mae se inventó un crimen. ¡Vaya junta! Definitivamente, estaban salados.
Al final, todo el plan se les fue al traste. La detención fue limpia y, como es costumbre en estos casos, al sospechoso principal, Mora, le decomisaron el celular. Ese aparatito, maes, seguro que es una caja de Pandora. Ahí deben estar los contactos, las rutas, las conversaciones que van a terminar de armar este rompecabezas para la Fiscalía. Ahora ambos, el supuesto ladrón de contenedores y el amigo que simula delitos, están a la orden del Ministerio Público, esperando que se les defina qué va a pasar con su futuro, que por ahora no se ve nada tuanis. Es un verdadero despiche en el que se metieron, y ahora les toca enfrentar las consecuencias.
Esta noticia me deja pensando en la audacia que se manejan algunos. Mover un contenedor no es cualquier cosa, se necesita logística, contactos y un descaro a otro nivel. Ver que el OIJ logra desarticular estas operaciones da cierta tranquilidad, pero también asusta ver hasta dónde llega la criminalidad. En fin, maes, ahora les paso la bola a ustedes. ¿Qué opinan de esta vara? ¿Creen que las penas para este tipo de delitos son suficientes o se necesita mano más dura? ¿O será que la situación económica empuja a la gente a jalarse estas tortas tan grandes? ¡Los leo en los comentarios!