¡Qué chunche más engraciada la que están viviendo en la Asamblea Legislativa! Llevamos dos meses con el expediente 24.290 en vía rápida y parece que más que ágil, el proceso se ha vuelto toda una tortuga. Pero no te preocupes, aquí te destapamos todo lo que necesitas saber.
La idea del trámite de vía rápida es aligerar la aprobación de proyectos, pero hasta ahora ha sido puro caos. Con 14 sesiones de plenario donde se pueden discutir mociones y votar, el proceso se ha convertido en una verdadera odisea. Lo que ha pasado es que los diputados han presentado una avalancha de 2.564 mociones, y una vez abierta la vía rápida, todo se convierte en un deslizamiento de tierra de enmiendas. Diay, ¿quién puede controlarlo?
Tan variopinto es el panorama, que hasta los diputados tienen opiniones divididas. La jefa del oficialismo, Pilar Cisneros, sugiere una reforma reglamentaria de fondo, señalando que aunque hay que respetar a las minorías, tampoco se vale que impongan su criterio a la mayoría. ¡Quién lo viera, mae! "Yo creo que hay que hacer una reforma reglamentaria profunda y de fondo, no puede ser, que aunque hay que respetar a las minorías, tampoco se vale que las minorías impongan su criterio a la mayoría,” mencionó Cisneros.
Por su parte, Daniela Rojas de la Unidad Social Cristiana también ve necesario un cambio. Dice que la vía rápida como está ahora, parece que solo se aplica cuando todos están de acuerdo, y no cuando hay consenso. Daniela Rojas cree que la idea es que haya consenso, pero no unánime. ¡Qué carga la de explicaciones!
Y no podemos olvidarnos de la oposición. Jonathan Acuña, del Frente Amplio, dice que las vías rápidas existen para construir acuerdos, pero que el actual gobierno las usa como una maquila de aprobación de leyes. ¡Qué sal Acuña! “Las vías rápidas no tienen un problema. Lo que es un problema es cuando existen gobiernos o fracciones que pretenden ir a las patadas y utilizar la vía rápida para silenciar minorías y para no negociar,” comentó el diputado frenteamplista.
El diputado Eli Feinzaig, del Partido Liberal Progresista, tiene su propia opinión. Dice que acelerar el trámite cuando hay consenso es innecesario, porque si ya hay consenso, el proyecto puede pasar rápidamente por el trámite normal. ¡Qué chiva si fuera tan fácil, mae!
Y claro, no todo queda ahí. La fracción de la Unidad Social Cristiana ha presentado varios proyectos de ley para reformar el reglamento legislativo, específicamente los artículos 189, 191 y 200. Están proponiendo limitar a una moción de fondo por diputado, reducir el número de sesiones de discusión y garantizar sesiones extraordinarias continuas hasta la votación final. ¡Ahí deben estar los carga! Según la diputada Rojas, "Nosotros presentamos tres proyectos de ley de reforma al reglamento, en la vía de acelerar el tiempo de votación; es una reforma también a la vía rápida y también a la cantidad o al tiempo de hablar en cada una de las mociones," explicó Rojas.
Asi que las cosas están más calientes que un plato de arroz con frijoles recién servido. ¿Qué opinan los compas del foro? ¿Se debería reformar el procedimiento de vía rápida o seguimos en el mismo despiche? ¡Esperamos sus comentarios!
La idea del trámite de vía rápida es aligerar la aprobación de proyectos, pero hasta ahora ha sido puro caos. Con 14 sesiones de plenario donde se pueden discutir mociones y votar, el proceso se ha convertido en una verdadera odisea. Lo que ha pasado es que los diputados han presentado una avalancha de 2.564 mociones, y una vez abierta la vía rápida, todo se convierte en un deslizamiento de tierra de enmiendas. Diay, ¿quién puede controlarlo?
Tan variopinto es el panorama, que hasta los diputados tienen opiniones divididas. La jefa del oficialismo, Pilar Cisneros, sugiere una reforma reglamentaria de fondo, señalando que aunque hay que respetar a las minorías, tampoco se vale que impongan su criterio a la mayoría. ¡Quién lo viera, mae! "Yo creo que hay que hacer una reforma reglamentaria profunda y de fondo, no puede ser, que aunque hay que respetar a las minorías, tampoco se vale que las minorías impongan su criterio a la mayoría,” mencionó Cisneros.
Por su parte, Daniela Rojas de la Unidad Social Cristiana también ve necesario un cambio. Dice que la vía rápida como está ahora, parece que solo se aplica cuando todos están de acuerdo, y no cuando hay consenso. Daniela Rojas cree que la idea es que haya consenso, pero no unánime. ¡Qué carga la de explicaciones!
Y no podemos olvidarnos de la oposición. Jonathan Acuña, del Frente Amplio, dice que las vías rápidas existen para construir acuerdos, pero que el actual gobierno las usa como una maquila de aprobación de leyes. ¡Qué sal Acuña! “Las vías rápidas no tienen un problema. Lo que es un problema es cuando existen gobiernos o fracciones que pretenden ir a las patadas y utilizar la vía rápida para silenciar minorías y para no negociar,” comentó el diputado frenteamplista.
El diputado Eli Feinzaig, del Partido Liberal Progresista, tiene su propia opinión. Dice que acelerar el trámite cuando hay consenso es innecesario, porque si ya hay consenso, el proyecto puede pasar rápidamente por el trámite normal. ¡Qué chiva si fuera tan fácil, mae!
Y claro, no todo queda ahí. La fracción de la Unidad Social Cristiana ha presentado varios proyectos de ley para reformar el reglamento legislativo, específicamente los artículos 189, 191 y 200. Están proponiendo limitar a una moción de fondo por diputado, reducir el número de sesiones de discusión y garantizar sesiones extraordinarias continuas hasta la votación final. ¡Ahí deben estar los carga! Según la diputada Rojas, "Nosotros presentamos tres proyectos de ley de reforma al reglamento, en la vía de acelerar el tiempo de votación; es una reforma también a la vía rápida y también a la cantidad o al tiempo de hablar en cada una de las mociones," explicó Rojas.
Asi que las cosas están más calientes que un plato de arroz con frijoles recién servido. ¿Qué opinan los compas del foro? ¿Se debería reformar el procedimiento de vía rápida o seguimos en el mismo despiche? ¡Esperamos sus comentarios!