Maes, en serio que hay días en que uno lee las noticias y no sabe si reír o llorar. O mejor dicho, lo que provoca es una buena hablada. Resulta que mientras la mayoría de nosotros andamos en el trajín del día a día, en el brete, pagando recibos y tratando de no volvernos locos con las presas, hay gente que tiene como pasatiempo ir a meterse a un Parque Nacional a jugar de Rambo. Y no a cualquier parque, no, sino al histórico y sagrado Santa Rosa, en nuestra joya de la corona que es Guanacaste. ¡Qué torta, de verdad!
La vara es que la Policía de Fronteras y la gente del SINAC, que por cierto hacen un brete increíble con las uñas, se toparon con dos personajes de apellidos Lara y Cruz en pleno acto. Según el reporte, los maes andaban listos para la guerra: una escopeta con sus respectivas municiones y varias armas blancas. O sea, no andaban recogiendo flores para un herbario, ¿verdad? Lo más cómico, o trágico, es que al ver a la ley intentaron darse a la fuga. ¡Diay! ¿En qué estaban pensando? ¿Creían que estaban en el patio de la casa? Correr en medio del monte de Santa Rosa para huir de gente que se conoce ese lugar como la palma de su mano... de verdad que qué sal que los pescaran, pero más que todo, qué nivel de falta de materia gris.
Y aquí es donde el asunto se pone más denso. No es solo el acto en sí, que ya es un despiche, es el simbolismo que carga. Estamos hablando del Parque Nacional Santa Rosa, un lugar que no solo es un santuario de biodiversidad increíble, sino un pilar de nuestra historia patria. Meterse ahí a cazar de forma ilegal es como ir a rayar el Monumento Nacional con un clavo. Es una falta de respeto a la naturaleza, a la historia y al esfuerzo de un montón de gente que se faja para proteger esos tesoros. Estos maes no solo se jalaron una torta monumental al ser tan obvios y dejarse atrapar, sino que demuestran una desconexión total con lo que significa ser tico y tener este paraíso a cargo.
Ahora la pelota está en la cancha del Ministerio Público, a donde los mandaron con todo el arsenal de chunches que les decomisaron. Y seamos honestos, aquí es donde a muchos nos entra el escepticismo. Hemos visto casos similares donde todo termina en una multa que los infractores probablemente pagan riéndose o en medidas que no asustan a nadie. El plan de cazar en un área protegida se les fue al traste, por dicha. Pero el problema de fondo sigue ahí: la sensación de impunidad. La creencia de que las leyes ambientales son sugerencias y que los parques nacionales son tierra de nadie. Esa mentalidad es el verdadero animal que hay que cazar y erradicar.
Sinceramente, esta noticia cansa. No por el buen trabajo de las autoridades, que hay que aplaudirlo, sino por la persistencia de estas actitudes. Por eso les pregunto a ustedes, la comunidad inteligente de este foro: más allá del proceso judicial que les espera a estos dos señores, ¿qué creen que hace falta para que este mensaje finalmente cale? ¿Son las leyes muy flojas? ¿Falta más educación ambiental desde la escuela o nos estamos durmiendo en los laureles pensando que con el "Pura Vida" ya la hicimos? ¿O es una combinación de todo y se necesita mano mucho más dura? Los leo.
La vara es que la Policía de Fronteras y la gente del SINAC, que por cierto hacen un brete increíble con las uñas, se toparon con dos personajes de apellidos Lara y Cruz en pleno acto. Según el reporte, los maes andaban listos para la guerra: una escopeta con sus respectivas municiones y varias armas blancas. O sea, no andaban recogiendo flores para un herbario, ¿verdad? Lo más cómico, o trágico, es que al ver a la ley intentaron darse a la fuga. ¡Diay! ¿En qué estaban pensando? ¿Creían que estaban en el patio de la casa? Correr en medio del monte de Santa Rosa para huir de gente que se conoce ese lugar como la palma de su mano... de verdad que qué sal que los pescaran, pero más que todo, qué nivel de falta de materia gris.
Y aquí es donde el asunto se pone más denso. No es solo el acto en sí, que ya es un despiche, es el simbolismo que carga. Estamos hablando del Parque Nacional Santa Rosa, un lugar que no solo es un santuario de biodiversidad increíble, sino un pilar de nuestra historia patria. Meterse ahí a cazar de forma ilegal es como ir a rayar el Monumento Nacional con un clavo. Es una falta de respeto a la naturaleza, a la historia y al esfuerzo de un montón de gente que se faja para proteger esos tesoros. Estos maes no solo se jalaron una torta monumental al ser tan obvios y dejarse atrapar, sino que demuestran una desconexión total con lo que significa ser tico y tener este paraíso a cargo.
Ahora la pelota está en la cancha del Ministerio Público, a donde los mandaron con todo el arsenal de chunches que les decomisaron. Y seamos honestos, aquí es donde a muchos nos entra el escepticismo. Hemos visto casos similares donde todo termina en una multa que los infractores probablemente pagan riéndose o en medidas que no asustan a nadie. El plan de cazar en un área protegida se les fue al traste, por dicha. Pero el problema de fondo sigue ahí: la sensación de impunidad. La creencia de que las leyes ambientales son sugerencias y que los parques nacionales son tierra de nadie. Esa mentalidad es el verdadero animal que hay que cazar y erradicar.
Sinceramente, esta noticia cansa. No por el buen trabajo de las autoridades, que hay que aplaudirlo, sino por la persistencia de estas actitudes. Por eso les pregunto a ustedes, la comunidad inteligente de este foro: más allá del proceso judicial que les espera a estos dos señores, ¿qué creen que hace falta para que este mensaje finalmente cale? ¿Son las leyes muy flojas? ¿Falta más educación ambiental desde la escuela o nos estamos durmiendo en los laureles pensando que con el "Pura Vida" ya la hicimos? ¿O es una combinación de todo y se necesita mano mucho más dura? Los leo.