Mae, hay que aceptarlo: la vara con Celso Gamboa ya dejó de ser una simple noticia para convertirse en el novelón nacional del año, y parece que estamos llegando a los capítulos más intensos. Cada semana sale un chunche nuevo y la trama se pone más densa que un tamal de elote. Ya no es solo sobre un exmagistrado metido en problemas; ahora estamos hablando de fiscales gringos que vienen a tomar café a los Tribunales de San José, reuniones con la DEA y, para ponerle la cereza al pastel, vínculos directos con el mero Cartel de Sinaloa. Diay, ni Netflix se anima a tanto.
Lo que cuenta CRHoy es que los fiscales de Texas están que brincan en una pata, diciendo que el proceso de extradición va "positivo y en avance". ¡Y cómo no! Si hasta se mandaron al fiscal Wesley Wynne para acá. El mae no vino de paseo; se reunió con la gente del OIJ, con el Fiscal General y, ojo al dato, se sentó cara a cara con Gamboa, "Pecho de Rata" y "Profe". ¿La oferta sobre la mesa? La clásica: "cante todo lo que sabe y le ayudamos con la pena". Esto, maes, es el verdadero meollo del asunto. El brete de extraditarlos es una cosa, pero la información que estos tipos pueden soltar allá es otro nivel de historia. La cooperación del OIJ con la DEA suena muy bien, y se agradece el trabajo, pero la procesión va por dentro. La pregunta no es si se los llevan, sino qué va a pasar en Costa Rica cuando empiecen a hablar.
Y es que aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. La acusación gringa no es cualquier vara. Están pintando a Gamboa no como un simple colaborador, sino como un pez gordo, una especie de líder regional que operaba para la gente de "El Mayo" Zambada y "El Chapo" Guzmán. O sea, estamos hablando de que una de las figuras más altas que ha tenido nuestro sistema judicial podría haber estado moviendo los hilos para uno de los carteles más sanguinarios del planeta. ¡Qué despiche más monumental! El informe de la DEA es clarísimo: esta gente usaba toda Centroamérica como una autopista para mover toneladas de cocaína y lavar miles de millones de dólares. No somos una simple bodega, somos una pieza clave en su operación. Y si eso es cierto, Gamboa y su gente no podían operar solos. Necesitaban ayuda, protección y gente que se hiciera de la vista gorda en puestos clave.
Pensemos en las implicaciones. Si el fiscal Wynne les explicó las "posibilidades de colaboración" y la "opción de recibir beneficios carcelarios", es porque los gringos no solo quieren a estos cinco maes tras las rejas. Quieren el organigrama completo. Quieren saber qué políticos, qué jueces, qué empresarios y qué policías de este país estaban en la planilla del cartel. La caída de "El Mayo" Zambada en Estados Unidos va a provocar un efecto dominó, y las piezas de Centroamérica, incluida la nuestra, van a empezar a temblar. Cada dato que suelten Gamboa, "Pecho de Rata" o los hermanos Picado Grijalba en una corte de Texas puede ser una bomba de tiempo para alguien que hoy, quizás, está muy tranquilo en su oficina en San José.
Al final, esta historia es mucho más grande que Celso. Se trata de qué tan podrido está el sistema. La extradición es casi un hecho, pero el verdadero clímax de esta narconovela no lo veremos en los tribunales de Goicoechea, sino en las revelaciones que salgan desde el norte. Los gringos nos están haciendo el favor (o el desfavor, según se vea) de limpiar una parte del desorden, pero también nos están poniendo un espejo en la cara. Y la imagen que nos devuelve es fea. Nos muestra un país que, por años, pudo haber tenido a uno de sus guardianes de la justicia trabajando para el crimen organizado. Salado, pero parece que el final de esta historia no lo van a escribir aquí.
¿Qué creen ustedes? Si Celso y los otros maes deciden 'soltar la sopa' en Estados Unidos, ¿quiénes serían los primeros en caer aquí en Tiquicia? ¿Estamos hablando de un terremoto político o solo de unos cuantos sustos?
Lo que cuenta CRHoy es que los fiscales de Texas están que brincan en una pata, diciendo que el proceso de extradición va "positivo y en avance". ¡Y cómo no! Si hasta se mandaron al fiscal Wesley Wynne para acá. El mae no vino de paseo; se reunió con la gente del OIJ, con el Fiscal General y, ojo al dato, se sentó cara a cara con Gamboa, "Pecho de Rata" y "Profe". ¿La oferta sobre la mesa? La clásica: "cante todo lo que sabe y le ayudamos con la pena". Esto, maes, es el verdadero meollo del asunto. El brete de extraditarlos es una cosa, pero la información que estos tipos pueden soltar allá es otro nivel de historia. La cooperación del OIJ con la DEA suena muy bien, y se agradece el trabajo, pero la procesión va por dentro. La pregunta no es si se los llevan, sino qué va a pasar en Costa Rica cuando empiecen a hablar.
Y es que aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. La acusación gringa no es cualquier vara. Están pintando a Gamboa no como un simple colaborador, sino como un pez gordo, una especie de líder regional que operaba para la gente de "El Mayo" Zambada y "El Chapo" Guzmán. O sea, estamos hablando de que una de las figuras más altas que ha tenido nuestro sistema judicial podría haber estado moviendo los hilos para uno de los carteles más sanguinarios del planeta. ¡Qué despiche más monumental! El informe de la DEA es clarísimo: esta gente usaba toda Centroamérica como una autopista para mover toneladas de cocaína y lavar miles de millones de dólares. No somos una simple bodega, somos una pieza clave en su operación. Y si eso es cierto, Gamboa y su gente no podían operar solos. Necesitaban ayuda, protección y gente que se hiciera de la vista gorda en puestos clave.
Pensemos en las implicaciones. Si el fiscal Wynne les explicó las "posibilidades de colaboración" y la "opción de recibir beneficios carcelarios", es porque los gringos no solo quieren a estos cinco maes tras las rejas. Quieren el organigrama completo. Quieren saber qué políticos, qué jueces, qué empresarios y qué policías de este país estaban en la planilla del cartel. La caída de "El Mayo" Zambada en Estados Unidos va a provocar un efecto dominó, y las piezas de Centroamérica, incluida la nuestra, van a empezar a temblar. Cada dato que suelten Gamboa, "Pecho de Rata" o los hermanos Picado Grijalba en una corte de Texas puede ser una bomba de tiempo para alguien que hoy, quizás, está muy tranquilo en su oficina en San José.
Al final, esta historia es mucho más grande que Celso. Se trata de qué tan podrido está el sistema. La extradición es casi un hecho, pero el verdadero clímax de esta narconovela no lo veremos en los tribunales de Goicoechea, sino en las revelaciones que salgan desde el norte. Los gringos nos están haciendo el favor (o el desfavor, según se vea) de limpiar una parte del desorden, pero también nos están poniendo un espejo en la cara. Y la imagen que nos devuelve es fea. Nos muestra un país que, por años, pudo haber tenido a uno de sus guardianes de la justicia trabajando para el crimen organizado. Salado, pero parece que el final de esta historia no lo van a escribir aquí.
¿Qué creen ustedes? Si Celso y los otros maes deciden 'soltar la sopa' en Estados Unidos, ¿quiénes serían los primeros en caer aquí en Tiquicia? ¿Estamos hablando de un terremoto político o solo de unos cuantos sustos?