Maes, hay que hablar de la vara. ¿Sienten ese ambientillo en la calle, en los almuerzos familiares, en los grupos de WhatsApp? Esa sensación de que el país es un partido de fútbol que nunca termina, con la mitad de la gente en una gradería y la otra mitad en la de enfrente, y en medio de la cancha, la figura del presidente Rodrigo Chaves. Diay, resulta que esa percepción no es pura hablada. Un estudio fresquito del Observatorio de Comunicación Digital de la ULatina le puso números a la cosa, y confirma lo que ya todos sospechábamos: el país está partido casi por la mitad en cuanto a la opinión sobre el presi. No es un empate técnico, pero casi. Un 42% le tira flores en redes, mientras que un 40% le tira de todo menos flores. Es la definición de polarización en HD y a color.
Lo interesante del estudio no son solo los números fríos, sino el porqué del despiche. La gente que apoya a Chaves, según el análisis, se emociona cuando lo ven en comparecencias como la de Inmunidad, cuando hace cambios en el gabinete o se va de gira por las costas. Es el Chaves que proyecta acción, el que "pone orden en la choza". Pero del otro lado de la acera, las críticas se encienden con cada solicitud judicial, cada proceso en tribunales y, por supuesto, con esos videos virales que se vuelven el tema de conversación nacional. Es decir, su mayor fortaleza para unos es su mayor debilidad para otros. La misma vara que para un grupo es "ponerse los pantalones", para el otro es "un autoritario más". ¡Qué torta manejar un país así, donde cada movimiento es aplaudido y abucheado con la misma intensidad!
Ahora, aquí viene lo que me parece más tuanis de analizar. El presidente es como de teflón. Mientras él mantiene ese balance casi perfecto entre amor y odio, el resto de su gobierno se está yendo al traste en la percepción pública. Los números son brutales: solo un 23% de opiniones positivas para el Poder Ejecutivo en general, contra un apabullante 52% de negativas. Como dijo el politólogo Sergio Araya, parece que toda la jugada gira en torno a Chaves. Él es el sol del sistema, y esto le permite mantenerse a flote mientras el resto del barco parece que hace agua por todo lado. Es un fenómeno que demuestra que el brete de gobernar es mucho más que una sola figura, pero en el imaginario digital, el resto del chunche casi no importa.
Y si hablamos de pleitos, el reporte también le pone lupa a la telenovela entre el Ejecutivo y el resto de los poderes. Las broncas con la Fiscalía, el TSE, el Poder Judicial y hasta la Contraloría no son solo noticias; son el combustible que alimenta el debate digital todos los días. En medio de esa batalla campal, el estudio revela un dato que no es menor: el OIJ salió como la institución con la imagen más positiva del trimestre. Básicamente, mientras los políticos se sacan los trapitos al sol, la gente parece confiar más en los que andan en el brete de campo. En la otra esquina del cuadrilátero, con la peor valoración, quedó la Fiscalía General. Saquen sus propias conclusiones.
Al final, la estrategia de comunicación de Casa Presidencial, con sus transmisiones y conferencias, sigue siendo el arma secreta para mantener su narrativa. Una sola transmisión llegó a tener más de 337,000 reproducciones en dos días, justo cuando sonaban rumores de renuncia. Eso demuestra que el presidente sabe usar el micrófono para hablarle directo a su gente, sin intermediarios. La pregunta del millón queda en el aire: esta polarización es una estrategia que le funciona a Chaves para mantenerse fuerte, o es una fractura que a la larga nos va a pasar una factura muy cara a todos como país. ¿Qué opinan ustedes, maes? ¿Estamos en un punto de no retorno o esto es solo el “nuevo normal” de la política tica? Los leo.
Lo interesante del estudio no son solo los números fríos, sino el porqué del despiche. La gente que apoya a Chaves, según el análisis, se emociona cuando lo ven en comparecencias como la de Inmunidad, cuando hace cambios en el gabinete o se va de gira por las costas. Es el Chaves que proyecta acción, el que "pone orden en la choza". Pero del otro lado de la acera, las críticas se encienden con cada solicitud judicial, cada proceso en tribunales y, por supuesto, con esos videos virales que se vuelven el tema de conversación nacional. Es decir, su mayor fortaleza para unos es su mayor debilidad para otros. La misma vara que para un grupo es "ponerse los pantalones", para el otro es "un autoritario más". ¡Qué torta manejar un país así, donde cada movimiento es aplaudido y abucheado con la misma intensidad!
Ahora, aquí viene lo que me parece más tuanis de analizar. El presidente es como de teflón. Mientras él mantiene ese balance casi perfecto entre amor y odio, el resto de su gobierno se está yendo al traste en la percepción pública. Los números son brutales: solo un 23% de opiniones positivas para el Poder Ejecutivo en general, contra un apabullante 52% de negativas. Como dijo el politólogo Sergio Araya, parece que toda la jugada gira en torno a Chaves. Él es el sol del sistema, y esto le permite mantenerse a flote mientras el resto del barco parece que hace agua por todo lado. Es un fenómeno que demuestra que el brete de gobernar es mucho más que una sola figura, pero en el imaginario digital, el resto del chunche casi no importa.
Y si hablamos de pleitos, el reporte también le pone lupa a la telenovela entre el Ejecutivo y el resto de los poderes. Las broncas con la Fiscalía, el TSE, el Poder Judicial y hasta la Contraloría no son solo noticias; son el combustible que alimenta el debate digital todos los días. En medio de esa batalla campal, el estudio revela un dato que no es menor: el OIJ salió como la institución con la imagen más positiva del trimestre. Básicamente, mientras los políticos se sacan los trapitos al sol, la gente parece confiar más en los que andan en el brete de campo. En la otra esquina del cuadrilátero, con la peor valoración, quedó la Fiscalía General. Saquen sus propias conclusiones.
Al final, la estrategia de comunicación de Casa Presidencial, con sus transmisiones y conferencias, sigue siendo el arma secreta para mantener su narrativa. Una sola transmisión llegó a tener más de 337,000 reproducciones en dos días, justo cuando sonaban rumores de renuncia. Eso demuestra que el presidente sabe usar el micrófono para hablarle directo a su gente, sin intermediarios. La pregunta del millón queda en el aire: esta polarización es una estrategia que le funciona a Chaves para mantenerse fuerte, o es una fractura que a la larga nos va a pasar una factura muy cara a todos como país. ¿Qué opinan ustedes, maes? ¿Estamos en un punto de no retorno o esto es solo el “nuevo normal” de la política tica? Los leo.