Maes, seamos honestos: el pleito entre el presidente Chaves y el Fiscal General, Carlo Díaz, ya escaló a otro nivel. Lo que empezó como un tira y encoje legal ahora parece un ring de boxeo donde se tiran con todo, y en el medio quedamos todos nosotros viendo el espectáculo. La última joyita fue en la conferencia de prensa del Presi, donde básicamente se burló de Díaz por decir que se sentía "acosado". Y diay, como era de esperarse, el Fiscal no se quedó callado. Esto ya dejó de ser un simple diferendo político para convertirse en un despiche de proporciones épicas que amenaza con salpicar la ya frágil estabilidad de los Poderes de la República.
Vamos por partes. El Fiscal General, Carlo Díaz, soltó la bomba: "Sí, me siento acosado". Pero ojo al detalle, mae, porque no lo dijo en plan de víctima. Lo dijo para dejar claro que, a pesar de las presiones que según él vienen desde setiembre del año pasado, no va a arrugarse ni a dejar su brete botado. Según Díaz, el acoso busca que no actúe como manda la ley en los casos "Financiamiento Jaguar" y "BCIE Cariñitos", donde el propio Chaves y otros pesos pesados del gobierno son los imputados. Por su lado, el Presidente, en su ya clásico estilo confrontativo, le respondió con un gancho al hígado: dijo que un Fiscal General que persigue narcos debería tener "nervios de acero" y que es casi una pifia que se sienta acosado por unas "preguntas tranquilas" de los diputados.
Para entender el meollo de la vara, hay que recordar de dónde viene todo este enredo. El Ministerio Público acusó formalmente a Chaves y a otros funcionarios por el presunto delito de concusión en el caso "BCIE Cariñitos". ¿Qué es esa vara? En tico simple: supuestamente usaron su poder para obligar o inducir a alguien a soltar un bien o beneficio. En este caso, se trata de un contrato de comunicación de $400 mil, pagado con parte de una donación de $1 millón del BCIE. La Contraloría ya dijo que esa plata es pública, así que no hay quite. El testigo estrella aquí es el productor Cristian Bulgarelli, quien, tras negociar con la Fiscalía, está cantando todo a cambio de quedar fuera de la acusación. Y para ponerle más picante al asunto, en la jugada aparece el nombre de Federico Cruz, alias "Choreco", a quien Chaves habría pedido incluir en la contratación.
Pero Chaves no solo se defiende, sino que contraataca con todo. Él asegura que esto es una persecución política orquestada desde el Poder Judicial. En su conferencia, habló de "pudrición", de "jefes en otra parte" y trajo a colación otros casos como el allanamiento por el Parque Viva o el caso Barrenador, pintándolos como intentos fallidos de "amedrentar" a su gobierno. Según el mandatario, la gente "les empezó a sacar la basura" al Poder Judicial. Es una estrategia de tierra arrasada: no solo cuestiona las acusaciones en su contra, sino la legitimidad de toda la institución que lo investiga. Díaz, por su parte, se defiende diciendo que de más de 140 denuncias contra el gobierno, él mismo ha desestimado más de 40, y que las dos que llegaron a acusación es porque están blindadas con pruebas.
Al final, ¿qué nos queda de todo este circo? Un presidente que acusa al Poder Judicial de podrido y un Fiscal General que dice sentirse acosado por el poder político. Aquí ya no importa quién se jaló la torta primero o quién tiene la razón. Cuando las cabezas de dos Poderes de la República se enfrentan de esta manera, con ataques tan directos y personales, el que sale perdiendo es el país. La confianza en las instituciones se va al traste y quedamos en un limbo donde todo es un show mediático. Honestamente, estamos salados si este va a ser el tono durante el resto del gobierno. Esto ya no es sano para la democracia.
Ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: Más allá de si son #TeamChaves o #TeamFiscal, ¿creen que este nivel de pleito entre Poderes es normal o ya la vara se nos fue completamente de las manos? ¿Quién creen que pierde más aquí, ellos dos o el país entero?
Vamos por partes. El Fiscal General, Carlo Díaz, soltó la bomba: "Sí, me siento acosado". Pero ojo al detalle, mae, porque no lo dijo en plan de víctima. Lo dijo para dejar claro que, a pesar de las presiones que según él vienen desde setiembre del año pasado, no va a arrugarse ni a dejar su brete botado. Según Díaz, el acoso busca que no actúe como manda la ley en los casos "Financiamiento Jaguar" y "BCIE Cariñitos", donde el propio Chaves y otros pesos pesados del gobierno son los imputados. Por su lado, el Presidente, en su ya clásico estilo confrontativo, le respondió con un gancho al hígado: dijo que un Fiscal General que persigue narcos debería tener "nervios de acero" y que es casi una pifia que se sienta acosado por unas "preguntas tranquilas" de los diputados.
Para entender el meollo de la vara, hay que recordar de dónde viene todo este enredo. El Ministerio Público acusó formalmente a Chaves y a otros funcionarios por el presunto delito de concusión en el caso "BCIE Cariñitos". ¿Qué es esa vara? En tico simple: supuestamente usaron su poder para obligar o inducir a alguien a soltar un bien o beneficio. En este caso, se trata de un contrato de comunicación de $400 mil, pagado con parte de una donación de $1 millón del BCIE. La Contraloría ya dijo que esa plata es pública, así que no hay quite. El testigo estrella aquí es el productor Cristian Bulgarelli, quien, tras negociar con la Fiscalía, está cantando todo a cambio de quedar fuera de la acusación. Y para ponerle más picante al asunto, en la jugada aparece el nombre de Federico Cruz, alias "Choreco", a quien Chaves habría pedido incluir en la contratación.
Pero Chaves no solo se defiende, sino que contraataca con todo. Él asegura que esto es una persecución política orquestada desde el Poder Judicial. En su conferencia, habló de "pudrición", de "jefes en otra parte" y trajo a colación otros casos como el allanamiento por el Parque Viva o el caso Barrenador, pintándolos como intentos fallidos de "amedrentar" a su gobierno. Según el mandatario, la gente "les empezó a sacar la basura" al Poder Judicial. Es una estrategia de tierra arrasada: no solo cuestiona las acusaciones en su contra, sino la legitimidad de toda la institución que lo investiga. Díaz, por su parte, se defiende diciendo que de más de 140 denuncias contra el gobierno, él mismo ha desestimado más de 40, y que las dos que llegaron a acusación es porque están blindadas con pruebas.
Al final, ¿qué nos queda de todo este circo? Un presidente que acusa al Poder Judicial de podrido y un Fiscal General que dice sentirse acosado por el poder político. Aquí ya no importa quién se jaló la torta primero o quién tiene la razón. Cuando las cabezas de dos Poderes de la República se enfrentan de esta manera, con ataques tan directos y personales, el que sale perdiendo es el país. La confianza en las instituciones se va al traste y quedamos en un limbo donde todo es un show mediático. Honestamente, estamos salados si este va a ser el tono durante el resto del gobierno. Esto ya no es sano para la democracia.
Ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: Más allá de si son #TeamChaves o #TeamFiscal, ¿creen que este nivel de pleito entre Poderes es normal o ya la vara se nos fue completamente de las manos? ¿Quién creen que pierde más aquí, ellos dos o el país entero?