Seamos honestos, maes: tener choza propia en Tiquicia a veces se siente como una misión imposible. Entre los precios, los requisitos del banco y la inflación, uno a veces piensa que va a terminar alquilando hasta el día del juicio final. Pero póngale atención a esto, porque el Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) acaba de soltar una noticia que es música para los oídos de muchos: hay 5.000 bonos de vivienda disponibles para familias que anden buscando construir, comprar lote y levantar paredes, o meterle una buena arreglada a la casa que ya tienen. ¡Qué tuanis! Esta vara puede ser la que es para un montón de gente.
Ahora, antes de que salga corriendo, hay un detalle clave. El mismo gerente del Banhvi, Dagoberto Hidalgo, lo dejó clarísimo: el trámite no se hace directamente con ellos. Aquí es donde muchos se enredan. La jugada es ir a una de las 23 entidades autorizadas, que son las que hacen todo el brete de revisar papeles y darle el visto bueno. Estamos hablando de las mutuales (como Mucap o La Vivienda), algunos bancos, cooperativas y hasta asociaciones solidaristas. Ellas son el primer filtro y las que le van a decir, con pelos y señales, si usted califica o no. Así que ahórrese el viaje a las oficinas del Banhvi y apunte directo a alguna de esas entidades para empezar a mover el asunto.
Diay, ¿y quiénes pueden pulsearla? Los requisitos son bastante lógicos. Primero, tiene que ser un núcleo familiar que viva bajo el mismo techo. Segundo, no pueden tener casa propia (o más de una propiedad, claramente). Si ya tienen el lote, perfecto, el bono les sirve para construir. Si ya tienen casa pero está en mal estado, también hay una opción para repararla. Tercero, es un chance de una sola vez en la vida; si ya recibió un bono antes, ya no juega. El cuarto y probablemente más importante es el ingreso: la suma de los salarios brutos de la familia no puede pasar de ₡1.907.496. Ojo a este dato: los fondos para familias en pobreza extrema (con ingresos menores a ₡476.874) ya se agotaron, pero para el resto de la gente que cumple, todavía hay harina disponible.
La flexibilidad de este bono es de lo más rescatable. No es solo un "tome, construya y ya". Hay varias formas de usarlo. La más común es para construir en un lote que ya es suyo. También está el famosísimo "bono patio", que es un salvavidas para muchísimas familias y permite construir en el terreno de un pariente cercano (padres, hermanos, suegros, etc.), aunque ya haya otra casa ahí. Otra opción es para comprar el lote y construir de una vez, un combo ideal para los que empiezan desde cero. Y por último, para los que ya tienen su casita pero necesita una manita de gato urgente por seguridad, salud o porque la familia creció, existe el bono para reparar, ampliar o mejorar la vivienda. Básicamente, hay una solución para casi cada necesidad.
Al final del día, esta noticia es un respiro. Como dijo el mismo don Dagoberto, esto va más allá de tener un techo seguro. Es una herramienta que mueve la aguja en temas de desigualdad, mejora la salud, le da un empujón a la educación de los güilas y, en general, sube la calidad de vida. Es una inversión que tiene un efecto dominó en toda la sociedad. La plata está ahí, esperando a que 5.000 familias se pongan las pilas, junten los papeles y se manden a cumplir el sueño de tener su propio chante. La oportunidad es real, solo falta que la gente se informe bien y empiece el trámite donde es.
Y ustedes, ¿cómo ven esta vara? ¿Conocen a alguien que lo haya logrado con el bono de vivienda? ¿Creen que el sistema funciona bien o que es demasiado complicado? ¡Suéltenla toda en los comentarios!
Ahora, antes de que salga corriendo, hay un detalle clave. El mismo gerente del Banhvi, Dagoberto Hidalgo, lo dejó clarísimo: el trámite no se hace directamente con ellos. Aquí es donde muchos se enredan. La jugada es ir a una de las 23 entidades autorizadas, que son las que hacen todo el brete de revisar papeles y darle el visto bueno. Estamos hablando de las mutuales (como Mucap o La Vivienda), algunos bancos, cooperativas y hasta asociaciones solidaristas. Ellas son el primer filtro y las que le van a decir, con pelos y señales, si usted califica o no. Así que ahórrese el viaje a las oficinas del Banhvi y apunte directo a alguna de esas entidades para empezar a mover el asunto.
Diay, ¿y quiénes pueden pulsearla? Los requisitos son bastante lógicos. Primero, tiene que ser un núcleo familiar que viva bajo el mismo techo. Segundo, no pueden tener casa propia (o más de una propiedad, claramente). Si ya tienen el lote, perfecto, el bono les sirve para construir. Si ya tienen casa pero está en mal estado, también hay una opción para repararla. Tercero, es un chance de una sola vez en la vida; si ya recibió un bono antes, ya no juega. El cuarto y probablemente más importante es el ingreso: la suma de los salarios brutos de la familia no puede pasar de ₡1.907.496. Ojo a este dato: los fondos para familias en pobreza extrema (con ingresos menores a ₡476.874) ya se agotaron, pero para el resto de la gente que cumple, todavía hay harina disponible.
La flexibilidad de este bono es de lo más rescatable. No es solo un "tome, construya y ya". Hay varias formas de usarlo. La más común es para construir en un lote que ya es suyo. También está el famosísimo "bono patio", que es un salvavidas para muchísimas familias y permite construir en el terreno de un pariente cercano (padres, hermanos, suegros, etc.), aunque ya haya otra casa ahí. Otra opción es para comprar el lote y construir de una vez, un combo ideal para los que empiezan desde cero. Y por último, para los que ya tienen su casita pero necesita una manita de gato urgente por seguridad, salud o porque la familia creció, existe el bono para reparar, ampliar o mejorar la vivienda. Básicamente, hay una solución para casi cada necesidad.
Al final del día, esta noticia es un respiro. Como dijo el mismo don Dagoberto, esto va más allá de tener un techo seguro. Es una herramienta que mueve la aguja en temas de desigualdad, mejora la salud, le da un empujón a la educación de los güilas y, en general, sube la calidad de vida. Es una inversión que tiene un efecto dominó en toda la sociedad. La plata está ahí, esperando a que 5.000 familias se pongan las pilas, junten los papeles y se manden a cumplir el sueño de tener su propio chante. La oportunidad es real, solo falta que la gente se informe bien y empiece el trámite donde es.
Y ustedes, ¿cómo ven esta vara? ¿Conocen a alguien que lo haya logrado con el bono de vivienda? ¿Creen que el sistema funciona bien o que es demasiado complicado? ¡Suéltenla toda en los comentarios!
