Maes, vieran la noticia con la que me topé hoy y tuve que venir a comentarla aquí, porque necesito saber si soy yo la única que le ve el pelo a la sopa. Resulta que el ICE salió, muy orondo, a anunciar que a partir del 2026 nos van a bajar el recibo de la luz. Uno oye eso y de primera entrada piensa: “¡Qué chiva! ¡Por fin una buena!”. Pero como uno ya tiene colmillo, se pone a leer la letra pequeña. Y ahí es, precisamente, donde la puerca tuerce el rabo. La gran “rebaja” para un hogar promedio, de esos que pagan alrededor de 17.500 colones al mes, va a ser de aproximadamente 300 colones. Trescientos. Repito: tres-cien-tos.
Diay, no es por agüevar la fiesta, pero con 300 pesos hoy en día uno no se compra ni un fresco de cas en la soda de la esquina. El gerente financiero del ICE, Keiner Arce, lo dijo con toda la seriedad del mundo, como si nos estuviera dando el aguinaldo por adelantado. Y para rematar, el presi del Grupo ICE, Marco Acuña, se echa la flor de que, a pesar del fenómeno de El Niño más fuerte de la historia, sumarían tres años con tarifas a la baja. Suena muy bonito en el papel, casi poético. El problema es cuando esa “baja” es tan simbólica que uno siente que es más un chiste que una ayuda real al bolsillo. Es como que le digan que le van a rebajar la jornada de brete en 30 segundos. ¡Gracias por nada!
Pero esperen, que la vara se pone mejor. Porque mientras nos tiran esa carnada de los 300 colones, por otro lado nos meten el gol sin que nos demos cuenta. El mismo señor Arce explicó que, por los gastos del 2025, otras áreas van para arriba. ¿Cuáles? Pues nada más y nada menos que la transmisión y la distribución. Y el que se lleva el premio gordo es el alumbrado público, que va a subir un 10,56%. ¡Un diez por ciento! Entonces, resumamos el negocio: nos “ahorran” 300 colones en el consumo de la casa, pero la luz de la calle por la que caminamos todos nos va a salir bastante más cara. Al final del día, uno se pregunta si no salimos tablas o, peor aún, perdiendo plata.
Ahora, ¿quiénes son los que sí van a sentir un alivio de verdad? Adivinaron: las grandes empresas. Para los clientes de alta tensión, o sea, las industrias pesadas y las grandes cadenas, la rebaja sí es una millonada. El texto habla de 5 millones de colones menos en una factura promedio de 224 millones. ¡Qué nivel de diferencia! Ahí sí se ve el impacto. Y ojo, no es que esté mal que ayuden a la industria, que al final genera brete, pero el contraste es simplemente brutal. Mientras al ciudadano de a pie le dan una monedita que ni para el pasaje del bus alcanza, a los gigantes les perdonan un monto con el que una familia podría vivir un año entero. Es la misma historia de siempre, ¿no les parece?
Y para la gente que no es cliente directo del ICE, como los que están con la CNFL o JASEC, también hay una supuesta buena noticia. La tarifa de “generación” (lo que cuesta producir la energía) baja un 6,9%. Sin embargo, el mismo presidente del ICE aclara que este monto no es necesariamente el que vamos a ver reflejado en el recibo final, porque eso ya es bronca de cada empresa distribuidora. O sea, nos dicen que hay un ahorro potencial, pero que “ahí vemos” si las cooperativas deciden pasárnoslo. Es como invitar a alguien a una fiesta, pero decirle que no sabe si va a haber comida. Al final, todo queda en el aire y la sensación es de que nos están vendiendo humo con un titular bonito.
En serio, maes, yo leo estas varas y me queda un sinsabor. ¿De verdad creen que con 300 colones nos van a contentar? ¿Ustedes qué opinan de todo este despiche? ¿Es una rebaja real y debemos agradecerla, o es puro show mediático para que no nos quejemos mientras los aumentos de verdad pasan por debajo de la mesa?
Diay, no es por agüevar la fiesta, pero con 300 pesos hoy en día uno no se compra ni un fresco de cas en la soda de la esquina. El gerente financiero del ICE, Keiner Arce, lo dijo con toda la seriedad del mundo, como si nos estuviera dando el aguinaldo por adelantado. Y para rematar, el presi del Grupo ICE, Marco Acuña, se echa la flor de que, a pesar del fenómeno de El Niño más fuerte de la historia, sumarían tres años con tarifas a la baja. Suena muy bonito en el papel, casi poético. El problema es cuando esa “baja” es tan simbólica que uno siente que es más un chiste que una ayuda real al bolsillo. Es como que le digan que le van a rebajar la jornada de brete en 30 segundos. ¡Gracias por nada!
Pero esperen, que la vara se pone mejor. Porque mientras nos tiran esa carnada de los 300 colones, por otro lado nos meten el gol sin que nos demos cuenta. El mismo señor Arce explicó que, por los gastos del 2025, otras áreas van para arriba. ¿Cuáles? Pues nada más y nada menos que la transmisión y la distribución. Y el que se lleva el premio gordo es el alumbrado público, que va a subir un 10,56%. ¡Un diez por ciento! Entonces, resumamos el negocio: nos “ahorran” 300 colones en el consumo de la casa, pero la luz de la calle por la que caminamos todos nos va a salir bastante más cara. Al final del día, uno se pregunta si no salimos tablas o, peor aún, perdiendo plata.
Ahora, ¿quiénes son los que sí van a sentir un alivio de verdad? Adivinaron: las grandes empresas. Para los clientes de alta tensión, o sea, las industrias pesadas y las grandes cadenas, la rebaja sí es una millonada. El texto habla de 5 millones de colones menos en una factura promedio de 224 millones. ¡Qué nivel de diferencia! Ahí sí se ve el impacto. Y ojo, no es que esté mal que ayuden a la industria, que al final genera brete, pero el contraste es simplemente brutal. Mientras al ciudadano de a pie le dan una monedita que ni para el pasaje del bus alcanza, a los gigantes les perdonan un monto con el que una familia podría vivir un año entero. Es la misma historia de siempre, ¿no les parece?
Y para la gente que no es cliente directo del ICE, como los que están con la CNFL o JASEC, también hay una supuesta buena noticia. La tarifa de “generación” (lo que cuesta producir la energía) baja un 6,9%. Sin embargo, el mismo presidente del ICE aclara que este monto no es necesariamente el que vamos a ver reflejado en el recibo final, porque eso ya es bronca de cada empresa distribuidora. O sea, nos dicen que hay un ahorro potencial, pero que “ahí vemos” si las cooperativas deciden pasárnoslo. Es como invitar a alguien a una fiesta, pero decirle que no sabe si va a haber comida. Al final, todo queda en el aire y la sensación es de que nos están vendiendo humo con un titular bonito.
En serio, maes, yo leo estas varas y me queda un sinsabor. ¿De verdad creen que con 300 colones nos van a contentar? ¿Ustedes qué opinan de todo este despiche? ¿Es una rebaja real y debemos agradecerla, o es puro show mediático para que no nos quejemos mientras los aumentos de verdad pasan por debajo de la mesa?