Diay, maes, si ustedes andaban buscando una señal clara de por dónde va la procesión para las elecciones, mejor siéntense y sírvanse un cafecito, porque la cosa se acaba de poner más enredada que audífonos en una bolsa. Resulta que este martes amanecimos con un despiche de datos que parece sacado de dos países diferentes. Por un lado, la UCR nos dice una vara y, por el otro, Opol Consultores sale con un cuento completamente distinto. ¡Qué torta de enredo para el electorado!
Vamos por partes, como dijo Jack. Primero, Opol Consultores, que ya tiene su rato en este brete, suelta su más reciente medición y pone a Laura Fernández, la candidata de Pueblo Soberano y del ala rodriguista, volando sin escalas a Zapote. Según ellos, la mae tiene un 27,6% de apoyo, triplicando a su rival más cercano, Álvaro Ramos del PLN, que a duras penas llega al 8,4%. O sea, una ventaja que no es cualquier cosa. La encuesta de Opol, para que quede claro, se basa en 3.000 entrevistas cara a cara o por teléfono, con un margen de error chiquitico (1,8%). Suena a una medición robusta, de las de toda la vida.
Pero ¡un momento! Horas antes, la UCR había publicado su propio sondeo, pintando un panorama totalmente opuesto. En la versión de la U, los que mandan son Álvaro Ramos de Liberación y Ariel Robles del Frente Amplio. ¿Y Laura Fernández? Diay, en este universo paralelo, la mandan al cuarto puesto. Uno ve esto y lo primero que piensa es: ¿cómo es posible? ¿Será que la gente que entrevistó Opol vive en una Costa Rica y los que respondieron a la UCR viven en otra? Es un contraste tan marcado que, sinceramente, deja a cualquiera con más preguntas que respuestas y con una sensación de que algo no calza.
Y aquí, maes, es donde está el meollo del asunto y la letra pequeña que muchos no leen. El mismo informe de la UCR, con toda la honestidad del mundo, aclara el panorama: su ejercicio fue un sondeo exploratorio, hecho con un formulario en línea que se movió por redes sociales y WhatsApp. ¿Qué significa eso en español? Que no es una encuesta probabilística. O sea, no se puede generalizar al resto del país porque la muestra no es representativa. La respondió quien quiso y pudo, no una selección aleatoria y científicamente balanceada de la población. Comparar ambas mediciones es como poner a competir en una carrera a un carro de Fórmula 1 (Opol) contra una bicicleta (el sondeo de la UCR). Ambos te llevan, pero la precisión, la velocidad y la confiabilidad son varas muy distintas.
Al final, este encontronazo de datos nos deja un sabor amargo. Por un lado, confirma que la campaña apenas calienta y que el altísimo número de indecisos (casi un 30% según Opol) es el verdadero botín que todos se van a pelear. Pero por otro, nos obliga a ser más críticos que nunca. No podemos comernos entero cualquier gráfico que nos pongan en frente. Este tipo de situaciones lo único que logran es generar más confusión y desconfianza, y al final el que queda más salado es el ciudadano que solo quiere tener una idea clara para tomar una decisión informada. El panorama político, en lugar de aclararse, parece un completo desorden.
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes a quién le dan más pelota? ¿A la encuesta tradicional y metodológicamente robusta de Opol, o creen que el sondeo más informal de la UCR captura un sentimiento real en las redes? ¿O será que al final del día, todas estas encuestas son puro chunche para enredarnos más la pita?
Vamos por partes, como dijo Jack. Primero, Opol Consultores, que ya tiene su rato en este brete, suelta su más reciente medición y pone a Laura Fernández, la candidata de Pueblo Soberano y del ala rodriguista, volando sin escalas a Zapote. Según ellos, la mae tiene un 27,6% de apoyo, triplicando a su rival más cercano, Álvaro Ramos del PLN, que a duras penas llega al 8,4%. O sea, una ventaja que no es cualquier cosa. La encuesta de Opol, para que quede claro, se basa en 3.000 entrevistas cara a cara o por teléfono, con un margen de error chiquitico (1,8%). Suena a una medición robusta, de las de toda la vida.
Pero ¡un momento! Horas antes, la UCR había publicado su propio sondeo, pintando un panorama totalmente opuesto. En la versión de la U, los que mandan son Álvaro Ramos de Liberación y Ariel Robles del Frente Amplio. ¿Y Laura Fernández? Diay, en este universo paralelo, la mandan al cuarto puesto. Uno ve esto y lo primero que piensa es: ¿cómo es posible? ¿Será que la gente que entrevistó Opol vive en una Costa Rica y los que respondieron a la UCR viven en otra? Es un contraste tan marcado que, sinceramente, deja a cualquiera con más preguntas que respuestas y con una sensación de que algo no calza.
Y aquí, maes, es donde está el meollo del asunto y la letra pequeña que muchos no leen. El mismo informe de la UCR, con toda la honestidad del mundo, aclara el panorama: su ejercicio fue un sondeo exploratorio, hecho con un formulario en línea que se movió por redes sociales y WhatsApp. ¿Qué significa eso en español? Que no es una encuesta probabilística. O sea, no se puede generalizar al resto del país porque la muestra no es representativa. La respondió quien quiso y pudo, no una selección aleatoria y científicamente balanceada de la población. Comparar ambas mediciones es como poner a competir en una carrera a un carro de Fórmula 1 (Opol) contra una bicicleta (el sondeo de la UCR). Ambos te llevan, pero la precisión, la velocidad y la confiabilidad son varas muy distintas.
Al final, este encontronazo de datos nos deja un sabor amargo. Por un lado, confirma que la campaña apenas calienta y que el altísimo número de indecisos (casi un 30% según Opol) es el verdadero botín que todos se van a pelear. Pero por otro, nos obliga a ser más críticos que nunca. No podemos comernos entero cualquier gráfico que nos pongan en frente. Este tipo de situaciones lo único que logran es generar más confusión y desconfianza, y al final el que queda más salado es el ciudadano que solo quiere tener una idea clara para tomar una decisión informada. El panorama político, en lugar de aclararse, parece un completo desorden.
Y ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Ustedes a quién le dan más pelota? ¿A la encuesta tradicional y metodológicamente robusta de Opol, o creen que el sondeo más informal de la UCR captura un sentimiento real en las redes? ¿O será que al final del día, todas estas encuestas son puro chunche para enredarnos más la pita?