Este es un artículo del Sr Mario Brenes me parece muy atinado ...
El país necesita mensajes positivos para mantener la confianza, la seguridad y la tranquilidad de los empresarios, trabajadores y consumidores. Uno de los errores del Presidente Arias es haber abusado del pesimismo con que ha caracterizado y sigue caracterizando sus discursos y mensajes a los costarricenses.
Nadie niega la existencia de una crisis económica global pero tenemos que enfrentarla con responsabilidad. Promover el miedo, la desconfianza y la inseguridad es el peor favor que el Presidente del Gobierno puede hacerle al país.
Podemos convertir la crisis en una escalada apocalíptica de hechos que no necesariamente deben darse si llevamos las cosas con sabiduría, prudencia y creatividad política. Más bien podemos convertir la crisis en oportunidades para corregir las malas decisiones que se han tomado en el pasado para darle mayor fortaleza al crecimiento económico y mayor sostenibilidad al desarrollo humano.
No sabemos por dónde saltará la liebre, por lo pronto tenemos que impulsar medidas para blindar la economía, proteger los empleos y mantener o mejorar las condiciones favorables para los negocios, las inversiones y la producción de bienes y servicios.
Se equivoca el Gobierno cuando piensa que resolverá la crisis abriendo los "silos" fiscales para repartir subsidios y asistencias públicas sin dirección, sin determinar el resultado o el impacto que quiere lograr, sin plazo definido y sin transparencia (rendición de cuentas). En un año pre-electoral la solidaridad se puede convertir en una estrategia de campaña.
Mal hace el Presidente Arias de encargar a los empleadores y empleados del sector privado las mayores responsabilidades y sacrificios para resistir la crisis como la de reducir a la mitad las jornadas laborales y los salarios ¿Por qué no empezamos por el sector público cuya planilla hace años debió reducirse gradualmente para resolver la deficiencia y la falta de recursos del Gobierno?
El ex Diputado Libertario Peter Guevara presentó en el período 2002-2006 un proyecto de Ley para Flexibilizar la Jornada Laboral orientado a favorecer y no a perjudicar los intereses de los empleadores y de los trabajadores y para mejorar la productividad del país. Este proyecto debería ponerse de nuevo a discusión sin mezquindades ni temores para que el país tenga una legislación laboral moderna.
En el plan Escudo no vimos ninguna medida orientada a socarle la faja al Estado. Se siguen financiando millonarios privilegios laborales a través de las convenciones colectivas en los monopolios públicos y otras instituciones, se sigue manteniendo una campaña muy costosa de publicidad de las instituciones autónomas y otras agencias públicas, se siguen derrochando los recursos de los costarricenses en programas e instituciones que no funcionan y la falta de decisiones correctas llevan al país a inversiones públicas mal aprovechadas.
El Gobierno no tiene autoridad moral para exigirle a los trabajadores y empresarios medidas de tanto sacrificio. Más bien, debería saldar la cuenta de las reformas pendientes para mejorar las condiciones para la atracción de inversiones y la generación de empleo. Es importante mantener la seguridad y la confianza para que los consumidores sigan activando la economía y de esa forma, el comercio y la producción no se vean afectados más de lo necesario.
Nuestra economía y nuestro mercado son pequeños y sin ser experto en la materia, creo que podemos controlar la crisis con más optimismo y si todos y cada uno de nosotros hace mejor lo que debe hacer.
El país necesita mensajes positivos para mantener la confianza, la seguridad y la tranquilidad de los empresarios, trabajadores y consumidores. Uno de los errores del Presidente Arias es haber abusado del pesimismo con que ha caracterizado y sigue caracterizando sus discursos y mensajes a los costarricenses.
Nadie niega la existencia de una crisis económica global pero tenemos que enfrentarla con responsabilidad. Promover el miedo, la desconfianza y la inseguridad es el peor favor que el Presidente del Gobierno puede hacerle al país.
Podemos convertir la crisis en una escalada apocalíptica de hechos que no necesariamente deben darse si llevamos las cosas con sabiduría, prudencia y creatividad política. Más bien podemos convertir la crisis en oportunidades para corregir las malas decisiones que se han tomado en el pasado para darle mayor fortaleza al crecimiento económico y mayor sostenibilidad al desarrollo humano.
No sabemos por dónde saltará la liebre, por lo pronto tenemos que impulsar medidas para blindar la economía, proteger los empleos y mantener o mejorar las condiciones favorables para los negocios, las inversiones y la producción de bienes y servicios.
Se equivoca el Gobierno cuando piensa que resolverá la crisis abriendo los "silos" fiscales para repartir subsidios y asistencias públicas sin dirección, sin determinar el resultado o el impacto que quiere lograr, sin plazo definido y sin transparencia (rendición de cuentas). En un año pre-electoral la solidaridad se puede convertir en una estrategia de campaña.
Mal hace el Presidente Arias de encargar a los empleadores y empleados del sector privado las mayores responsabilidades y sacrificios para resistir la crisis como la de reducir a la mitad las jornadas laborales y los salarios ¿Por qué no empezamos por el sector público cuya planilla hace años debió reducirse gradualmente para resolver la deficiencia y la falta de recursos del Gobierno?
El ex Diputado Libertario Peter Guevara presentó en el período 2002-2006 un proyecto de Ley para Flexibilizar la Jornada Laboral orientado a favorecer y no a perjudicar los intereses de los empleadores y de los trabajadores y para mejorar la productividad del país. Este proyecto debería ponerse de nuevo a discusión sin mezquindades ni temores para que el país tenga una legislación laboral moderna.
En el plan Escudo no vimos ninguna medida orientada a socarle la faja al Estado. Se siguen financiando millonarios privilegios laborales a través de las convenciones colectivas en los monopolios públicos y otras instituciones, se sigue manteniendo una campaña muy costosa de publicidad de las instituciones autónomas y otras agencias públicas, se siguen derrochando los recursos de los costarricenses en programas e instituciones que no funcionan y la falta de decisiones correctas llevan al país a inversiones públicas mal aprovechadas.
El Gobierno no tiene autoridad moral para exigirle a los trabajadores y empresarios medidas de tanto sacrificio. Más bien, debería saldar la cuenta de las reformas pendientes para mejorar las condiciones para la atracción de inversiones y la generación de empleo. Es importante mantener la seguridad y la confianza para que los consumidores sigan activando la economía y de esa forma, el comercio y la producción no se vean afectados más de lo necesario.
Nuestra economía y nuestro mercado son pequeños y sin ser experto en la materia, creo que podemos controlar la crisis con más optimismo y si todos y cada uno de nosotros hace mejor lo que debe hacer.