Maes, si ustedes pensaban que la vara en Crucitas no podía ponerse peor, agárrense porque el ministro de Seguridad, Mario Zamora, acaba de soltar una bomba que nos deja a todos con el ojo cuadrado. Resulta que en una comparecencia, el mae confirmó lo que muchos sospechaban en voz baja pero que nadie se atrevía a decir con nombre y apellido: el famoso Cartel de los Soles tiene metidas las manos, hasta el codo, en el brete de la minería ilegal. Así como lo leen. Ya no estamos hablando solo de coligalleros, estamos hablando de un narco-cartel transnacional operando en nuestro patio trasero. ¡Qué despiche monumental!
Diay, seamos honestos, esto le cambia la cara por completo al problema. Durante años hemos visto Crucitas como un desorden ambiental y social, un dolor de cabeza para San Carlos y para el país, pero siempre con un aire de "problema local". Ahora, con la confirmación de Zamora, la cosa sube de nivel. Ya no es un asunto de unos cuantos buscando oro para sobrevivir; es una operación de crimen organizado a gran escala que, según el ministro, está robándonos el oro en la jupa para financiar quién sabe qué cochinadas fuera del país. Esto significa que la plata que sale de esa tierra no solo nos empobrece, sino que probablemente termina manchada de sangre en otras latitudes. La ingenuidad se nos acabó de golpe.
Y por si el asunto de tener un cartel venezolano operando en Tiquicia no fuera suficiente para quitarnos el sueño, Zamora nos receta la otra parte de la pesadilla: el desastre ambiental. Dijo, con todas las letras, que "nunca ha habido tanto cianuro y mercurio en el suelo como en estos últimos años". Mae, eso es gravísimo. Están convirtiendo una zona que debería ser de riqueza natural en un basurero tóxico. El suelo, los ríos, todo se está yendo al traste a una velocidad alarmante. Nos están dejando un coctelito químico que va a tardar generaciones en limpiarse, si es que acaso se puede. ¡Qué sal! No solo se llevan el oro, sino que nos dejan la factura de una contaminación sin precedentes.
Ahora, la pregunta del millón es: ¿y ahora qué? El ministro dice que se siente "esperanzado" con un proyecto de ley que viene en camino para regular la minería. Con todo respeto, señor ministro, la "esperanza" nos suena a muy poco cuando tenemos a un cartel internacional envenenando nuestra tierra. Esto ya no es un tema para proyectos de ley que duermen el sueño de los justos en la Asamblea; esto es una crisis de seguridad nacional que requiere acciones contundentes y para ayer. La Fuerza Pública ha hecho esfuerzos, es cierto, pero es evidente que están luchando contra un monstruo mucho más grande y con más recursos de lo que se pensaba. Necesitamos una estrategia integral, no solo policial, sino financiera y de inteligencia para cortarles el financiamiento a estos grupos.
En resumen, la situación en Crucitas pasó de ser preocupante a ser francamente aterradora. Dejó de ser un "elefante blanco" para convertirse en un nido de serpientes venenosas con conexiones internacionales. El diagnóstico ya está más que claro y nos lo acaban de restregar en la cara. La verdadera prueba es ver si la respuesta del Estado va a estar a la altura de la amenaza o si vamos a seguir con paños tibios mientras el despiche se nos sale de las manos. Así que, abro el debate en el foro: ¿Creen que ahora que se mencionó al "Cartel de los Soles" por fin el gobierno se va a poner las pilas en serio, o es puro show para la galería? ¿Qué se puede hacer realmente cuando el problema ya escaló a este nivel?
Diay, seamos honestos, esto le cambia la cara por completo al problema. Durante años hemos visto Crucitas como un desorden ambiental y social, un dolor de cabeza para San Carlos y para el país, pero siempre con un aire de "problema local". Ahora, con la confirmación de Zamora, la cosa sube de nivel. Ya no es un asunto de unos cuantos buscando oro para sobrevivir; es una operación de crimen organizado a gran escala que, según el ministro, está robándonos el oro en la jupa para financiar quién sabe qué cochinadas fuera del país. Esto significa que la plata que sale de esa tierra no solo nos empobrece, sino que probablemente termina manchada de sangre en otras latitudes. La ingenuidad se nos acabó de golpe.
Y por si el asunto de tener un cartel venezolano operando en Tiquicia no fuera suficiente para quitarnos el sueño, Zamora nos receta la otra parte de la pesadilla: el desastre ambiental. Dijo, con todas las letras, que "nunca ha habido tanto cianuro y mercurio en el suelo como en estos últimos años". Mae, eso es gravísimo. Están convirtiendo una zona que debería ser de riqueza natural en un basurero tóxico. El suelo, los ríos, todo se está yendo al traste a una velocidad alarmante. Nos están dejando un coctelito químico que va a tardar generaciones en limpiarse, si es que acaso se puede. ¡Qué sal! No solo se llevan el oro, sino que nos dejan la factura de una contaminación sin precedentes.
Ahora, la pregunta del millón es: ¿y ahora qué? El ministro dice que se siente "esperanzado" con un proyecto de ley que viene en camino para regular la minería. Con todo respeto, señor ministro, la "esperanza" nos suena a muy poco cuando tenemos a un cartel internacional envenenando nuestra tierra. Esto ya no es un tema para proyectos de ley que duermen el sueño de los justos en la Asamblea; esto es una crisis de seguridad nacional que requiere acciones contundentes y para ayer. La Fuerza Pública ha hecho esfuerzos, es cierto, pero es evidente que están luchando contra un monstruo mucho más grande y con más recursos de lo que se pensaba. Necesitamos una estrategia integral, no solo policial, sino financiera y de inteligencia para cortarles el financiamiento a estos grupos.
En resumen, la situación en Crucitas pasó de ser preocupante a ser francamente aterradora. Dejó de ser un "elefante blanco" para convertirse en un nido de serpientes venenosas con conexiones internacionales. El diagnóstico ya está más que claro y nos lo acaban de restregar en la cara. La verdadera prueba es ver si la respuesta del Estado va a estar a la altura de la amenaza o si vamos a seguir con paños tibios mientras el despiche se nos sale de las manos. Así que, abro el debate en el foro: ¿Creen que ahora que se mencionó al "Cartel de los Soles" por fin el gobierno se va a poner las pilas en serio, o es puro show para la galería? ¿Qué se puede hacer realmente cuando el problema ya escaló a este nivel?
