Diay maes, pónganse a pensar un toque en la última vez que fueron por un balde de pollo a KFC. Uno llega, pide el combo, espera que el mae o la mae que lo atiende esté de buenas y no se le olvide la ensalada. Es una vara cotidiana, ¿verdad? Bueno, prepárense, porque esa dinámica está a punto de cambiar de una forma que parece sacada de una película. Resulta que KFC Costa Rica se mandó y presentó a "Claudia", una "humana digital" creada con Inteligencia Artificial que, a partir de ahora, será la encargada de capacitar al personal. Así como lo leen. La próxima persona que les sirva su Megabox probablemente aprendió los secretos del oficio de un avatar en 3D.
Pero vamos por partes, para entender bien el chunche. ¿Quién o qué es esta Claudia? Según el comunicado oficial, no es un robot que va a estar cocinando el pollo (¡todavía!), sino una herramienta de entrenamiento interno. Imagínense una figura hiperrealista en una tablet, con voz humana y toda la paciencia del mundo, que guía a los nuevos colaboradores en temas clave: desde cómo atender al cliente con esa sonrisa de "chineo" que la marca promueve, hasta los pasos exactos para que el pollo quede en su punto. La idea es que cada quien aprenda a su propio ritmo, sin la presión de tener al gerente encima. Suena a cachete, la verdad, especialmente para alguien que recién empieza en un brete y se siente todo presionado.
Obviamente, esta iniciativa es la pieza estrella del programa de la empresa llamado "En KFC Chineamos a los Clientes". Es una jugada estratégica para estandarizar la calidad del servicio. Jonathan Van Brunt, el gerente de operaciones, dice que con Claudia buscan una forma más "dinámica y eficiente" de formar a sus equipos. Y tiene sentido. En lugar de tener a un supervisor repitiendo lo mismo cien veces, ponen a la IA a hacer el trabajo pesado de la capacitación básica. Esto libera tiempo para que los líderes se enfoquen en otras varas. ¡Qué chiva que una empresa local le entre a la tecnología de esta manera para un tema tan fundamental como el servicio al cliente! El plan es que para el 2026, todos los KFC del país tengan a su propia Claudia.
Ahora, aquí es donde la vara se pone más interesante y nos salimos del boletín de prensa. Esto va más allá de si el puré de papa está bien hecho o no. Estamos viendo en primera fila cómo la IA se está metiendo de lleno en el sector de servicios, uno de los motores económicos del país. Claudia no es solo un avatar bonito; es un ejemplo clarísimo de cómo el futuro del trabajo ya está aquí. La tecnología detrás de esta iniciativa es, hay que decirlo, ¡qué carga! Abre un debate enorme sobre el rol de la automatización en trabajos que tradicionalmente han sido 100% humanos. Hoy es una entrenadora virtual, ¿mañana qué será? ¿Un asistente de cocina? ¿Un sistema que optimice los pedidos en tiempo real basándose en el clima? Las posibilidades son infinitas.
Al final del día, esta noticia es una señal de los tiempos. Por un lado, es una herramienta impresionante que podría mejorar un montón la experiencia tanto para el empleado como para el cliente. Un entrenamiento personalizado y sin estrés suena genial. Pero por otro, es inevitable pensar en las implicaciones a largo plazo. Por ahora, Claudia es una aliada, pero la línea entre la asistencia y el reemplazo es cada vez más delgada en el mundo tecnológico. Pero diay, ahora les tiro la bola a ustedes para que el foro se prenda: ¿Les cuadra la idea de que una IA entrene a la gente que les sirve la comida? ¿Lo ven como un avance tuanis y necesario o como el primer paso para que un día nos atienda un robot que nos pregunte si queremos el pollo extra crispy? ¡Cuenten a ver qué opinan!
Pero vamos por partes, para entender bien el chunche. ¿Quién o qué es esta Claudia? Según el comunicado oficial, no es un robot que va a estar cocinando el pollo (¡todavía!), sino una herramienta de entrenamiento interno. Imagínense una figura hiperrealista en una tablet, con voz humana y toda la paciencia del mundo, que guía a los nuevos colaboradores en temas clave: desde cómo atender al cliente con esa sonrisa de "chineo" que la marca promueve, hasta los pasos exactos para que el pollo quede en su punto. La idea es que cada quien aprenda a su propio ritmo, sin la presión de tener al gerente encima. Suena a cachete, la verdad, especialmente para alguien que recién empieza en un brete y se siente todo presionado.
Obviamente, esta iniciativa es la pieza estrella del programa de la empresa llamado "En KFC Chineamos a los Clientes". Es una jugada estratégica para estandarizar la calidad del servicio. Jonathan Van Brunt, el gerente de operaciones, dice que con Claudia buscan una forma más "dinámica y eficiente" de formar a sus equipos. Y tiene sentido. En lugar de tener a un supervisor repitiendo lo mismo cien veces, ponen a la IA a hacer el trabajo pesado de la capacitación básica. Esto libera tiempo para que los líderes se enfoquen en otras varas. ¡Qué chiva que una empresa local le entre a la tecnología de esta manera para un tema tan fundamental como el servicio al cliente! El plan es que para el 2026, todos los KFC del país tengan a su propia Claudia.
Ahora, aquí es donde la vara se pone más interesante y nos salimos del boletín de prensa. Esto va más allá de si el puré de papa está bien hecho o no. Estamos viendo en primera fila cómo la IA se está metiendo de lleno en el sector de servicios, uno de los motores económicos del país. Claudia no es solo un avatar bonito; es un ejemplo clarísimo de cómo el futuro del trabajo ya está aquí. La tecnología detrás de esta iniciativa es, hay que decirlo, ¡qué carga! Abre un debate enorme sobre el rol de la automatización en trabajos que tradicionalmente han sido 100% humanos. Hoy es una entrenadora virtual, ¿mañana qué será? ¿Un asistente de cocina? ¿Un sistema que optimice los pedidos en tiempo real basándose en el clima? Las posibilidades son infinitas.
Al final del día, esta noticia es una señal de los tiempos. Por un lado, es una herramienta impresionante que podría mejorar un montón la experiencia tanto para el empleado como para el cliente. Un entrenamiento personalizado y sin estrés suena genial. Pero por otro, es inevitable pensar en las implicaciones a largo plazo. Por ahora, Claudia es una aliada, pero la línea entre la asistencia y el reemplazo es cada vez más delgada en el mundo tecnológico. Pero diay, ahora les tiro la bola a ustedes para que el foro se prenda: ¿Les cuadra la idea de que una IA entrene a la gente que les sirve la comida? ¿Lo ven como un avance tuanis y necesario o como el primer paso para que un día nos atienda un robot que nos pregunte si queremos el pollo extra crispy? ¡Cuenten a ver qué opinan!