Maes, ¿se acuerdan del sustillo que nos llevamos hace unos meses con la amenaza de los racionamientos? Que si El Niño, que si las represas estaban secas, que si tocaba volver a la era de las candelas… Diay, la verdad es que por un momento la vara se puso color de hormiga. Pero bueno, parece que en el ICE por fin alguien se tomó un buen cafecito y se puso a trabajar en soluciones que no dependan únicamente de si Tláloc está de buenas o no.
¡Y qué chiva de solución! La noticia es esta: el ICE acaba de abrir un concurso para comprar 100 MW de energía solar que se van a generar puramente en Puntarenas. O sea, están buscando empresas privadas que quieran montar sus propias plantas solares (de hasta 20 MW cada una) en la provincia y venderle la electricidad al Instituto. Esto no es cualquier cosilla, estamos hablando de energía suficiente para darle luz a unas 65.000 chozas. Imagínense el equivalente a una ciudad como Liberia funcionando solo con el sol porteño. ¡Un éxito!
Lo más tuanis de este asunto es el porqué. Esto va más allá de simplemente poner unos paneles bonitos a tomar sol. Es una jugada estratégica para diversificar la matriz energética del país. Por décadas hemos sido los ‘cargas’ de la energía hidroeléctrica, pero el cambio climático nos ha enseñado a las malas que depender solo del agüita es jalarse una torta a futuro. Con estos nuevos proyectos solares, el sistema se vuelve más resiliente, más fuerte. Si hay sequía, tenemos el sol; si está nublado, tenemos el agua y el viento. ¡Qué nivel de planificación! Además, y esto es clave, la vara va a generar un montón de brete y a mover la economía en cantones como Parrita, Jacó y Cóbano, que es donde se van a conectar estos chunches.
Y ojo, que esto no es un esfuerzo aislado. Esta nueva contratación se suma a otros 130 MW solares y 80 MW eólicos que ya se habían adjudicado el año pasado. Además, el mismo ICE está por construir sus propias plantas en San Antonio, Abangares y Las Delicias. O sea, se nota que hay un plan para ir blindando el país poco a poco contra los vaivenes del clima y la creciente demanda de electricidad. Ya era hora de que dejáramos de andar con el Jesús en la boca cada vez que llega la estación seca y empezáramos a aprovechar el solazo que pega en este país, sobre todo en una provincia que sabe de calor como Puntarenas.
Al final del día, esta noticia es un respiro. Demuestra que, aunque a veces nos durmamos en los laureles, todavía hay capacidad de reacción y de hacer las cosas bien. Meterle fuerte a la energía solar es una apuesta segura para el futuro, para nuestra billetera (evitando comprar energía cara a otros países) y para el planeta. Ahora falta ver que el concurso avance sin broncas y que esos paneles empiecen a generar electricidad lo antes posible. La idea es buenísima, ahora solo falta la ejecución perfecta.
Diay, maes, la pregunta del millón es: ¿Creen que con proyectos como este ya vamos ‘a cachete’ para asegurar nuestro futuro energético, o al ICE todavía le falta meterle el acelerador para blindarnos de verdad contra el cambio climático? ¿Qué otra zona del país creen que necesita un empujón así de fuerte?
¡Y qué chiva de solución! La noticia es esta: el ICE acaba de abrir un concurso para comprar 100 MW de energía solar que se van a generar puramente en Puntarenas. O sea, están buscando empresas privadas que quieran montar sus propias plantas solares (de hasta 20 MW cada una) en la provincia y venderle la electricidad al Instituto. Esto no es cualquier cosilla, estamos hablando de energía suficiente para darle luz a unas 65.000 chozas. Imagínense el equivalente a una ciudad como Liberia funcionando solo con el sol porteño. ¡Un éxito!
Lo más tuanis de este asunto es el porqué. Esto va más allá de simplemente poner unos paneles bonitos a tomar sol. Es una jugada estratégica para diversificar la matriz energética del país. Por décadas hemos sido los ‘cargas’ de la energía hidroeléctrica, pero el cambio climático nos ha enseñado a las malas que depender solo del agüita es jalarse una torta a futuro. Con estos nuevos proyectos solares, el sistema se vuelve más resiliente, más fuerte. Si hay sequía, tenemos el sol; si está nublado, tenemos el agua y el viento. ¡Qué nivel de planificación! Además, y esto es clave, la vara va a generar un montón de brete y a mover la economía en cantones como Parrita, Jacó y Cóbano, que es donde se van a conectar estos chunches.
Y ojo, que esto no es un esfuerzo aislado. Esta nueva contratación se suma a otros 130 MW solares y 80 MW eólicos que ya se habían adjudicado el año pasado. Además, el mismo ICE está por construir sus propias plantas en San Antonio, Abangares y Las Delicias. O sea, se nota que hay un plan para ir blindando el país poco a poco contra los vaivenes del clima y la creciente demanda de electricidad. Ya era hora de que dejáramos de andar con el Jesús en la boca cada vez que llega la estación seca y empezáramos a aprovechar el solazo que pega en este país, sobre todo en una provincia que sabe de calor como Puntarenas.
Al final del día, esta noticia es un respiro. Demuestra que, aunque a veces nos durmamos en los laureles, todavía hay capacidad de reacción y de hacer las cosas bien. Meterle fuerte a la energía solar es una apuesta segura para el futuro, para nuestra billetera (evitando comprar energía cara a otros países) y para el planeta. Ahora falta ver que el concurso avance sin broncas y que esos paneles empiecen a generar electricidad lo antes posible. La idea es buenísima, ahora solo falta la ejecución perfecta.
Diay, maes, la pregunta del millón es: ¿Creen que con proyectos como este ya vamos ‘a cachete’ para asegurar nuestro futuro energético, o al ICE todavía le falta meterle el acelerador para blindarnos de verdad contra el cambio climático? ¿Qué otra zona del país creen que necesita un empujón así de fuerte?