A ver, maes, seamos honestos: buscar brete en este país a veces se siente como una odisea. Uno pule el currículum, lo manda a medio Costa Rica, cruza los dedos y, con suerte, recibe una respuesta automática. Y si uno tiene más de 45 años o alguna discapacidad, diay, la vara se pone todavía más cuesta arriba, como si de pronto uno se volviera invisible para los de recursos humanos. Por eso, cuando uno se topa con una noticia como esta, es para decir: ¡qué chiva! La Municipalidad de Escazú le está entrando con todo al tema y va a montar una feria de empleo que, en lugar de poner trabas, busca tender puentes para la gente que más lo necesita.
Apúntense bien la fecha porque esta movida es este viernes 5 de setiembre, de 11:00 a.m. a 3:00 p.m. en la Villa Deportiva de Escazú. Y no crean que es una feria para llenar el campo. Estamos hablando de más de 400 puestos de trabajo, con la participación de 20 empresas que todos conocemos. O sea, no son chantejos cualquiera; ahí van a estar gigantes como Nestlé, Walmart, Grupo Bimbo, Cargill, Pops y hasta cadenas de hoteles como el Intercontinental y el Courtyard. Las oportunidades son de todo tipo: desde puestos en ventas, bodega y servicio al cliente, hasta varas más administrativas, bilingües y operarios. Hay para todos los gustos y colores, así que es una excelente oportunidad para quitarle el polvo a ese CV.
Pero aquí viene la parte que de verdad me parece un nivel, la razón por la que esta feria es noticia. No es solo por la cantidad de bretes, sino por el enfoque. Está diseñada específicamente para dos poblaciones que a menudo se quedan por fuera: personas mayores de 45 años y personas con discapacidad. Esto no es solo un detallito en letra pequeña; es el corazón del evento. Y para que vean que la vara va en serio y no es pura hablada, van a tener disponible un intérprete de lesco (Lengua de Señas Costarricense) para quien lo necesite. Mae, ¡qué carga de detalle! Eso demuestra un compromiso real y una planificación pensada para que nadie se sienta excluido. Es un paso adelante que ojalá otros municipios y empresas empiecen a copiar.
Ahora, para que no hagan el viaje en vano, hay que ir preparados. Los requisitos son bastante sencillos, pero clave tenerlos a mano. Primero que nada, el currículum, ya sea impreso como en los viejos tiempos o en algún chunche digital como una llave maya. Segundo, y esto es importante, tienen que llevar un recibo de servicio público que demuestre que viven en el cantón de Escazú. Diay, es una iniciativa de la muni para su gente, así que tiene lógica. Obviamente, hay que ser mayor de edad y, si son extranjeros, es indispensable tener el permiso laboral al día o la cédula de residencia. No se les puede quedar nada de eso porque sería un despiste llegar hasta allá para nada.
Al final del día, iniciativas como esta son un respiro de aire fresco. Mientras el alcalde Orlando Umaña habla de "generar oportunidades mediante alianzas", lo que uno ve en la calle es gente que necesita un brete digno, sin importar su edad o condición. Que una municipalidad se alíe con el sector privado para crear un espacio así de enfocado es, sin duda, una jugada inteligente y, más importante aún, humana. Ojalá que esas 400 plazas se llenen con gente talentosa que solo necesitaba que alguien les abriera la puerta. La verdad, es una vara que le sube el ánimo a cualquiera.
Y ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: ¿Qué les parece este tipo de ferias de empleo tan específicas? ¿Creen que de verdad funcionan para romper las barreras de la discriminación laboral o se quedan en un buen gesto? ¡Los leo!
Apúntense bien la fecha porque esta movida es este viernes 5 de setiembre, de 11:00 a.m. a 3:00 p.m. en la Villa Deportiva de Escazú. Y no crean que es una feria para llenar el campo. Estamos hablando de más de 400 puestos de trabajo, con la participación de 20 empresas que todos conocemos. O sea, no son chantejos cualquiera; ahí van a estar gigantes como Nestlé, Walmart, Grupo Bimbo, Cargill, Pops y hasta cadenas de hoteles como el Intercontinental y el Courtyard. Las oportunidades son de todo tipo: desde puestos en ventas, bodega y servicio al cliente, hasta varas más administrativas, bilingües y operarios. Hay para todos los gustos y colores, así que es una excelente oportunidad para quitarle el polvo a ese CV.
Pero aquí viene la parte que de verdad me parece un nivel, la razón por la que esta feria es noticia. No es solo por la cantidad de bretes, sino por el enfoque. Está diseñada específicamente para dos poblaciones que a menudo se quedan por fuera: personas mayores de 45 años y personas con discapacidad. Esto no es solo un detallito en letra pequeña; es el corazón del evento. Y para que vean que la vara va en serio y no es pura hablada, van a tener disponible un intérprete de lesco (Lengua de Señas Costarricense) para quien lo necesite. Mae, ¡qué carga de detalle! Eso demuestra un compromiso real y una planificación pensada para que nadie se sienta excluido. Es un paso adelante que ojalá otros municipios y empresas empiecen a copiar.
Ahora, para que no hagan el viaje en vano, hay que ir preparados. Los requisitos son bastante sencillos, pero clave tenerlos a mano. Primero que nada, el currículum, ya sea impreso como en los viejos tiempos o en algún chunche digital como una llave maya. Segundo, y esto es importante, tienen que llevar un recibo de servicio público que demuestre que viven en el cantón de Escazú. Diay, es una iniciativa de la muni para su gente, así que tiene lógica. Obviamente, hay que ser mayor de edad y, si son extranjeros, es indispensable tener el permiso laboral al día o la cédula de residencia. No se les puede quedar nada de eso porque sería un despiste llegar hasta allá para nada.
Al final del día, iniciativas como esta son un respiro de aire fresco. Mientras el alcalde Orlando Umaña habla de "generar oportunidades mediante alianzas", lo que uno ve en la calle es gente que necesita un brete digno, sin importar su edad o condición. Que una municipalidad se alíe con el sector privado para crear un espacio así de enfocado es, sin duda, una jugada inteligente y, más importante aún, humana. Ojalá que esas 400 plazas se llenen con gente talentosa que solo necesitaba que alguien les abriera la puerta. La verdad, es una vara que le sube el ánimo a cualquiera.
Y ahora les pregunto a ustedes, maes del foro: ¿Qué les parece este tipo de ferias de empleo tan específicas? ¿Creen que de verdad funcionan para romper las barreras de la discriminación laboral o se quedan en un buen gesto? ¡Los leo!